La democracia surcoreana enfrentó uno de sus mayores desafíos con el intento de arresto del presidente suspendido, Yoon Suk Yeol, quien podría convertirse en el primer mandatario del país detenido durante su mandato.
Investigadores de la Oficina de Investigación de la Corrupción (CIO) intentaron ejecutar una orden de arresto contra Yoon en su residencia en Seúl, pero se encontraron con resistencia de su equipo de seguridad y unidades militares.
Yoon enfrenta acusaciones de insurrección, un delito que podría acarrear cadena perpetua o incluso la pena de muerte. La investigación también incluye a varios de sus colaboradores, quienes presuntamente orquestaron la medida extrema que desató una crisis política.
Al cierre de esta edición, la residencia presidencial se encontraba rodeada por un imponente dispositivo de seguridad, con dos mil 700 agentes y 135 vehículos policiales desplegados para prevenir enfrentamientos, de acuerdo a la agencia Yonhap.
Cientos de simpatizantes de Yoon, que corearon consignas en su apoyo, se congregaron en el lugar, mientras grupos opositores también se manifestaron en la zona.
El jefe de la CIO, Oh Dong-woon, advirtió que cualquier obstrucción a la detención podría ser sancionada judicialmente. Sin embargo, el equipo legal de Yoon insiste en que la orden es “inválida e ilegal” y presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional para bloquearla.
La declaración de ley marcial por parte de Yoon, la primera en la historia democrática del país, fue revocada pocas horas después debido a la presión del Parlamento y protestas multitudinarias. Desde entonces, el país está inmerso en una crisis institucional.
Tras la suspensión de Yoon, el primer ministro Han Duck-soon asumió el cargo, pero también fue apartado por el Parlamento acusado de complicidad. Actualmente, el ministro de Finanzas, Choi Sang-mok, funge como interino.
El Tribunal Constitucional debe decidir antes de junio si Yoon violó la Constitución. La reciente designación de dos magistrados clave por parte del interino Choi podría influir en el resultado del caso, lo que intensifica el enfrentamiento entre el Partido del Poder Popular (PPP) y el opositor Partido Democrático (PD).