El Día de San Patricio, tradicionalmente una celebración de los lazos históricos y culturales entre Irlanda y Estados Unidos, se tiñó este año de tensiones comerciales y diplomáticas.
Durante la visita del primer ministro irlandés, Micheál Martin, a la Casa Blanca, el presidente Donald Trump aprovechó la ocasión para expresar una serie de quejas sobre el comercio bilateral, los aranceles y la política fiscal de Irlanda, en un monólogo que duró 45 minutos y dejó poco espacio para la réplica.
Trump no tardó en señalar el "déficit masivo" que Estados Unidos mantiene con Irlanda, un país de apenas cinco millones de habitantes que, según el magnate neoyorquino, ha logrado atraer a gigantes farmacéuticos y tecnológicos estadounidenses gracias a sus bajos impuestos.
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"Esta es esta hermosa isla... tiene a toda la industria farmacéutica de Estados Unidos en su poder", afirmó Trump, en referencia a empresas como Pfizer, Eli Lilly y Johnson & Johnson, que establecieron operaciones significativas en Irlanda.
El mandatario también criticó a la Unión Europea por imponer aranceles en represalia por las tarifas aduaneras estadounidenses sobre el acero y el aluminio, y amenazó con aplicar medidas recíprocas en abril. "Lo que nos cobren, se lo cobramos", advirtió, en un tono que dejó claro que la política comercial de su administración no dará tregua.
Apple, el resort de Trump y las leyes de la UE
Uno de los momentos más incómodos llegó cuando Trump se refirió a la orden judicial de la UE que obligó a Apple a pagar 14 mil millones de euros en impuestos atrasados a Irlanda. Aunque el gobierno irlandés aceptó el dinero con reticencia, el jefe de la Casa Blanca sugirió que esos fondos se estaban utilizando para "dirigir la Unión Europea", una afirmación que Martin optó por no corregir.
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El mandatario estadounidense también se quejó de la burocracia europea que, según él, retrasó la expansión de su complejo turístico en Irlanda. "¿Por qué mi resort de golf debería estar sujeto a las leyes ambientales de la UE?", preguntó, evidenciando una comprensión confusa del lugar de Irlanda dentro del bloque europeo.
Diplomacia irlandesa: Silencio y sonrisas
Frente al torrente de críticas, el político irlandés mantuvo una actitud serena y diplomática. Sentado con las manos entrelazadas y una sonrisa enigmática, el primer ministro irlandés dejó que Trump dominará la conversación, una estrategia que, según analistas, fue la más acertada en un escenario donde el presidente estadounidense suele ser el protagonista absoluto.

Cuando finalmente pudo intervenir, Martin destacó la importancia de fortalecer las inversiones irlandesas en Estados Unidos y subrayó que la relación bilateral es "duradera y prometedora". Sin embargo, evitó abordar temas espinosos como el conflicto entre Israel y Hamás, dónde Irlanda, uno de los países más pro-palestinos de Europa, mantiene una postura marcadamente distinta a la del republicano estadounidense.
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Un Día de San Patricio con sabor agridulce
De acuerdo a especialistas, la visita de Martin a la Casa Blanca, aunque marcada por la cordialidad superficial, reflejó las complejidades de la relación entre Irlanda y Estados Unidos en un contexto global volátil.
Entre aranceles, inversiones y diferencias políticas, el Día de San Patricio de 2025 será recordado no solo por los tréboles y los calcetines verdes del vicepresidente JD Vance, sino también por un diálogo que dejó más preguntas que respuestas sobre el futuro de esta histórica alianza.
