El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó a la mandataria mexicana Claudia Sheinbaum como “una mujer elegante y fantástica”, al tiempo que defendió su política arancelaria que comenzó a afectar de lleno al sector automotriz mexicano.
Las declaraciones ocurrieron durante una reunión con su gabinete, en la que el mandatario enfatizó que no busca dañar a México, pero sí reafirmar la soberanía industrial de su país.
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“Hemos tenido muchas conversaciones. Es muy elegante, una persona fantástica. Y ha sido muy amable”, declaró Trump ante la prensa. No obstante, su elogio lo acompañó de un mensaje claro: “Tenemos tres plantas automotrices bajo construcción en México que dejaron de construirse ahí y ahora van a construirse en Estados Unidos debido a los aranceles”.
La medida forma parte de una estrategia comercial que, según el republicano, busca revertir los efectos de políticas previas y fortalecer la manufactura estadounidense.
Honda anunció el traslado de la producción de su próximo modelo híbrido Civic desde México hacia territorio estadounidense, mientras que Stellantis —propietaria de marcas como Jeep y Ram— declaró una “pausa temporal” en sus operaciones en México y Canadá. La decisión responde directamente a los aranceles del 25 por ciento impuestos por Washington a la industria automotriz extranjera.

Justifica política arancelaria
Trump, por su parte, reconoció que la política arancelaria traerá consigo “costos y problemas de transición”, pero aseguró que “al final será algo maravilloso”. Justificó la estrategia con cifras: Estados Unidos estaría recaudando hasta tres mil 500 millones de dólares diarios en aranceles, un ingreso sin precedentes que, según él, fortalece la posición económica de su país.
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La ofensiva comercial ocurre tras el anuncio de una tregua parcial de 90 días en los nuevos aranceles, aplicable a todos los socios de Estados Unidos excepto China, país al que se le han impuesto gravámenes del 145%. Este margen temporal representa una ventana de maniobra para los países afectados, incluido México, aunque sin garantía de cambios estructurales en la política de Washington.
