El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio un paso más en su estrategia de intervención militar en las ciudades estadounidenses, extendiendo su enfoque, que comenzó con las redadas migratorias en Los Ángeles, a la capital del país, Washington D.C.
El despliegue de 800 efectivos de la Guardia Nacional tiene como objetivo, según el mandatario, "recuperar" la ciudad de lo que él describe como un caos provocado por la delincuencia, las pandillas y los problemas sociales que, según su visión, acechan la capital estadounidense.
“Liberación” de Washington D.C.
En una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Trump calificó a Washington D.C. como una ciudad sumida en el desorden y la violencia. “Nuestra ciudad capital ha sido tomada por pandillas violentas, criminales sedientos de sangre, turbas de jóvenes alborotadores, maniáticos drogados y personas sin hogar”, afirmó el mandatario, quien presentó la operación como un acto de "liberación" para la ciudad. Según Trump, la Guardia Nacional jugaría un papel fundamental en devolverle a la capital su carácter de “ciudad resplandeciente que todos quieren ver”.
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Sin embargo, esta declaración ha generado controversia, ya que los datos oficiales muestran una caída en los delitos violentos en Washington. En 2024, los homicidios en la ciudad fueron los más bajos en tres décadas, con una reducción del 32% en comparación con el año anterior, según cifras de la policía metropolitana.
Una narrativa de crisis frente a cifras en descenso
Trump pintó un panorama apocalíptico, afirmando que la capital está “totalmente fuera de control” y comparándola con ciudades como Bogotá, Ciudad de México, Lima o Panamá. Sin embargo, datos oficiales contradicen parte de ese discurso: en 2024, Washington registró su nivel más bajo de delitos violentos en más de tres décadas, con reducciones de 32% en homicidios, 39% en robos y 53% en asaltos a mano armada frente a 2023.
Pese a ello, la ciudad enfrenta problemas persistentes como la falta de vivienda: el Departamento de Vivienda reporta 5,600 personas sin hogar, situándola entre las 15 urbes con mayor cifra del país.
Paralelos con Los Ángeles y controversia legal
La medida evoca el operativo de junio en Los Ángeles, cuando Trump envió unos cinco mil efectivos —Marines y Guardia Nacional— durante protestas contra redadas migratorias. En aquel caso, un juez federal en San Francisco determinó que el despliegue violaba la Constitución y la Ley de Posse Comitatus, que prohíbe a las fuerzas armadas cumplir funciones policiales. No obstante, una corte de apelaciones permitió que las tropas permanecieran mientras el litigio continúa.
En Los Ángeles, la mayoría de los efectivos se mantuvo en bases militares, con intervenciones limitadas en seguridad perimetral y apoyo a operativos migratorios. La experiencia, vista por críticos como un exceso de poder federal, ahora se proyecta sobre Washington.
Reacciones y críticas
Demócratas y defensores de derechos civiles denunciaron la decisión. El líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, acusó a Trump de actuar como un “aspirante a rey” y de usar a las fuerzas armadas para fines políticos. En las calles, manifestantes portaron pancartas con lemas como “D.C. dice libertad, no fascismo”.
La jefa de Gobierno de Ciudad de México, Clara Brugada, respondió a las comparaciones presidenciales señalando que la capital mexicana registra una tasa de homicidios de 10 por cada 100 mil habitantes, un 60% menor que la de Washington, que supera los 27. “No somos la ciudad que tiene más homicidios”, afirmó.
Washington: autonomía limitada y tensión federal
La capital estadounidense, con 700 mil habitantes, no es un estado, sino un distrito federal bajo control del Congreso, lo que limita su autonomía. Sus residentes pagan impuestos federales pero carecen de representación en el Senado y sólo cuentan con un delegado sin voto en la Cámara de Representantes. Este estatus ha sido motivo de tensiones políticas recurrentes, amplificadas ahora por la intervención directa de la Guardia Nacional.
Trump advirtió que, si es necesario, ampliará el despliegue y recurrirá a militares regulares. “Empezamos con mucha fuerza en Washington y vamos a limpiarlo rápidamente”, dijo, mientras organizaciones civiles y opositores cuestionan la legalidad y la verdadera necesidad de esta movilización.