El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, revirtió su amenaza de duplicar los aranceles al acero y al aluminio canadienses, dejando la tasa en el 25% inicialmente establecido.
La decisión, confirmada por su asesor comercial, Peter Navarro, generó alivio en los mercados tras la incertidumbre que provocó su anuncio previo.
Trump había declarado que los aranceles subirían al 50% en respuesta a una medida del gobierno de Ontario, que impondría un gravamen del 25% a la electricidad exportada a Estados Unidos. Sin embargo, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, se retractó de la iniciativa, lo que aparentemente llevó a Trump a reconsiderar su postura.
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En una rueda de prensa, cuando se le cuestionó si mantendría el alza, Trump respondió: "Probablemente sí". Sin embargo, posteriormente, Navarro aseguró que la administración se apegaría a la tarifa original del 25%.
Pese a la rectificación, la Casa Blanca confirmó que los aranceles del 25% sobre el acero y el aluminio canadiense seguirán vigentes sin exenciones. "El presidente ha utilizado la influencia de la economía estadounidense para asegurar una victoria para el pueblo estadounidense", declaró el portavoz Kush Desai.
La medida mantiene la tensión comercial entre ambas naciones, mientras el sector industrial canadiense evalúa las repercusiones de estas tarifas en su economía.
