El gobierno de Venezuela afirmó que la falla en la central hidroeléctrica de Guri que se prolongaba por más de 50 horas, en el sur del país, fue «un sabotaje», pero especialistas creen que se trató de un desperfecto en el sistema de transmisión y que las demoras en repararlo se deben a la falta de equipos y de técnicos.
La organización no gubernamental Médicos por la Salud denunció que la falta de suministro de energía y el mal funcionamiento, o la carencia de plantas de respaldo, han provocado la muerte de 17 personas en hospitales públicos de Caracas y otras localidades del país, pero no han entregado detalles.
El Ministerio de Comunicación no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre estos reportes.
En Maracaibo, en el noroeste del país, los médicos de guardia de la modesta Clínica privada «San Lucas» estaban sentados en la puerta de la sala de emergencia, que estaba en completa oscuridad.
«No tenemos servicio, ni pacientes recluidos, porque la planta está parada», dijo Chiquinquirá Caldera, encargada del área administrativa, mientras jugaba damas con los médicos que hacían guardia.
Alexis Villalobos de 42 años comerciantes de víveres secos, estaba a la espera del de ser atendido en la sala de emergencia de la Clínica Amado, también en Maracaibo.
«Se han robado el dinero para los proyectos de la electricidad, acá están sufriendo, más que todo son los niños, y las personas de la tercera edad. Esto no se había visto nunca» agregó.
El Palacio de Miraflores, sede del gobierno, también quedó sin servicio temporalmente al mediodía del sábado, según testigos Reuters.
Seis de los 23 estados venezolanos seguían el sábado al mediodía sin el servicio, dijo Diosdado Cabello, segundo hombre del gobierno y presidente de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, en declaraciones a la televisión estatal.
fahl