El peso cerró la semana del 29 de julio al 2 de agosto en terreno negativo frente al dólar, con una caída de 1.39% o 26.5 centavos, lo que representó su mayor depreciación semanal desde finales de mayo, fecha en la que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó amenazas arancelarias a México.
Analistas financieros atribuyeron la baja semanal del peso a la incertidumbre por factores externos, como el anuncio de la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) sobre otros posibles recortes a su tasa de interés, así como las dudas sobre el futuro de la economía nacional, la cual enfrenta un estancamiento.
En días pasados, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que el PIB creció sólo 0.1% en el segundo trimestre del año, lo que significó que el país libró una recesión técnica, pero no una debilidad.
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