Aunque la inflación en septiembre detuvo su avance a tasa anual, especialistas sugieren no cantar victoria antes de tiempo, y no creen que descienda del 8% al final del año.
Además recordaron que se mantienen los riesgos externos que pueden interrumpir el inicio de la desaceleración, previsto a partir del primer trimestre de 2023.
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La inflación general se ubicó en 8.70% a tasa anual en septiembre, el mismo nivel que en agosto. El mercado había anticipado para el noveno mes del año una tasa de 8.74%.
Sin embargo, la inflación subyacente –que excluye bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, como energéticos y agropecuarios, llegó a 8.28% anual, la tasa más alta desde septiembre de 2000.
Luego de que el Inegi publicara el viernes los datos de inflación, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo ese día en su conferencia de prensa que el indicador había alcanzado su pico.
“Esa es muy buena noticia para el pueblo, para la gente, y yo espero que hacia adelante siga la disminución. Ya llegó a su techo, a su límite máximo y va a empezar a bajar, ese es mi pronóstico”, compartió.
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“Aún no podemos concluir todavía nada porque algo parecido sucedió en mayo. En mayo, también en términos anuales bajó la tasa y algunos empezaron a aventurar que pudo haber tocado un techo y no fue así. La realidad es que aunque se haya moderado, haya alcanzado un techo, es un techo muy alto”, opinó el subdirector de Análisis Económico en CI Banco, James Salazar.
Banxico, encargado de cuidar el poder adquisitivo de la moneda, prevé que el pico de la inflación se extenderá a lo largo del tercer y cuarto trimestre, para después iniciar una desaceleración y finalmente converger hacia su meta de 3% hasta el tercer trimestre de 2024.
Salazar sostuvo que la única medida del plan gubernamental contra la inflación son los subsidios a los combustibles, pues el resto de las acciones tienen un alcance marginal, dado que dependen de aspectos que difícilmente se pueden controlar, como el clima y las tensiones geopolíticas.
Señaló que aunque el Gobierno quiere que bajen los precios de los alimentos, la realidad es que la mayor parte de los 24 productos básicos que atiende su plan está sujeta al contexto internacional, estacionalidades o costos de producción, es decir, fuera de su alcance de maniobra.
El analista indicó que si el Gobierno quisiera ayudar a la población más pobre, tendría que aplicar subsidios dirigidos especialmente a estos sectores.
Víctor Ceja, economista en jefe de Valmex, añadió que el impacto del plan gubernamental es marginal, y ejemplificó con la tortilla, que está en la canasta del Gobierno, pues en septiembre tuvo una incidencia de apenas 0.045 puntos porcentuales sobre la inflación general.
Ambos economistas consideraron que la inflación pudo haber alcanzado su punto máximo en septiembre, pero advirtieron que en el contexto internacional prevalecen riesgos que pudieran afectar los precios, en especial, los energéticos.
Ceja dijo que además del conflicto entre Rusia y Ucrania, un invierno más frío en Europa afectaría los precios internacionales de los energéticos.
Salazar agregó que el anuncio de la OPEP sobre la reducción de la producción petrolera de dos millones de barriles por día, puede incrementar los precios internacionales de los energéticos.
Familias buscan productos económicos, pero no consiguen que les rindan igual que antes.
“Por más que busco lo más barato, no me sobra. Ya hasta lo más barato sale bien caro. Las lentejas, el frijol y el huevo, que se supone que era lo más sencillo, están en 38 pesos”, dijo la ama de casa Alicia.
LEG