El gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, enlistó las tres grandes cualidades que debería tener el próximo gobernador del instituto central, ante su inminente salida de esta institución a finales de mes.

 

“El gobernador que me sustituya, en términos de lo deseable, necesita tener tres grandes características: una de ellas es que conozca muy bien la macroeconomía de México y el funcionamiento de los mercados”, aseguró.

 

En entrevista televisiva con Carlos Loret de Mola, señaló que también debe creer en la autonomía del Banxico y en tercer lugar, tener la cualidad de comunicar. “Cualquier persona que cumpla con esas características sería muy buen gobernador”.

 

“Lo que me deja tranquilo de dar este paso es que la institución está fuerte, las decisiones no dependen del gobernador y de hecho mi voto es solo un 20 por ciento del total, las últimas decisiones tomadas se han hecho con unanimidad”, refiró.

 

Incluso, Agustín Carstens explicó que la ley del Banxico tiene la inteligencia de prever la ausencia de un gobernador, así que “en términos prácticos el banco va a seguir funcionando y funcionando bien. Está sujeto a un mandato claro y también la ley hace que las decisiones no vengan de una persona”.

 

Asimismo, reveló que le hubiera gustado que en el ámbito inflacionario “la foto hubiera sido mejor, no estoy satisfecho por la cifra que se acaba de publicar”, la cual se debe a precios que no están bajo el control de la política monetaria, como los agropecuarios y energéticos.

 

“Pero estoy con la alta seguridad de que dejamos la inflación encaminada hacia el objetivo del tres por ciento hacia finales del año entrante. Me hubiera gustado que a estas alturas ya hubiera habido un mayor avance”, explicó.

 

Si se ven las expectativas de los mercados y de los analistas, añadió, se puede ver claramente un declive acelerado de la inflación el próximo año, podría ser un poco más lento de lo que se tenía previsto, pero sin duda habrá esta convergencia.

 

En cuanto al tipo de cambio, dijo que en términos generales está subvaluado, “este año se tuvo con el presidente Trump una apreciación brusca hasta 22 pesos, pero después hubo un proceso de restricción monetaria importante y una buena reacción de política fiscal”.

 

Gracias a ello, comentó, se logró consolidar el tipo de cambio a niveles muchos menores; mientras que recientemente, sobre todo después de la cuarta ronda de negociaciones del TLCAN, hubo otra depreciación, esta vez por arriba de 19 pesos, aunque hoy amanece en 18.60 pesos.

 

“La parte importante es saber cual será el resultado final, yo creo que el tipo de cambio está incorporando no el peor de los escenarios, pero sí está muy pesimista”, ante lo cual, expresó que un nivel sensato sería entre 17 y 18 pesos por dólar.

 

Agregó que desde la óptica de un economista, las ganancias para los tres países con este tratado son tan grandes, y más aún con una modernización, que “sería un poco irracional no seguir adelante”.

 

En cuanto al salario mínimo, explicó que el Banco de México ha alertado que si hay un aumento desproporcionado pueden pasar cuatro cosas, «una es que las empresas digan que está bien», sobre todo las grandes, que hacen exportaciones y se benefician del tipo de cambio.

 

En tanto que para las pequeñas y medianas empresas del sector servicios, en el mercado de los no comerciables, los salarios son una parte importante de sus costos, «entonces una de las consecuencias es que lleguen a subir sus precios».

 

Por otra parte, expresó, pueden decir a sus empleados que dicho nivel de salario es insostenible, lo que podría generar desempleo, y la otra es decirles que como no alcanza, se vayan a la informalidad.

 

Me uno al deseo de “todo mundo que quisiera un mayor salario, pero digamos, no se puede aumentar de manera sostenible el salario real simplemente por decreto”.

 

Sobre las próximas elecciones, manifestó que Andrés Manuel López Obrador ha expreado deseos objetivos «algunos yo los comparto, pero no ha sido muy claro sobre cómo haría las cosas», mientras que José Antonio Meade es un gran amigo, pero «no es el único con el que México podría hacerla bien hacia adelante».

 

De igual forma, puntualizó que ante cualquier partido o cualquier candidato que gane las próximas elecciones federales, en el 2018, del Banco de México y el marco legal del país aseguran la autonomía de este instituto central.

 

Finalmente, recordaron algunas frases representativas de Carstens al frente del Banxico, como por ejemplo, «solo hemos visto los cortos de una película; la de suspenso empezó hace unos meses y la de terror todavía no la vemos», al referirse al entonces candidato y próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

 

Así como «antes, cuando la economía de Estados Unidos se descalabraba, la de México también, pero ahora (2008) pasa lo contrario, cuando Estados Unidos tiene neumonía, México solo tiene un catarrito”.

 

Al respecto, bromeó con que le gustaría que ese fuera su epitafio, «va a decir: el doctror Carstens murió de un catarrito», añadió el banquero, quien dejará su cargo el próximo 30 de noviembre en el Banxico, para presidir el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), con sede en Basilea, Suiza.

 

fahl