El gobierno federal anunció la construcción de una Terminal de Almacenamiento y Reparto de combustibles en Tula, Hidalgo, en los mismo predios de lo que sería la Refinería Bicentenario, un proyecto anunciado en 2009 como un complejo petroquímico de vanguardia que generaría 20% de los combustibles que demanda el país y en la cual Pemex ha gastado 9 mil millones de pesos, sólo en obras complementarias.
En octubre pasado, el gobierno federal anunció la cancelación de la construcción de la Refinería Bicentenario, que tendría una inversión de 129 mil millones de pesos, divididos entre 2010 y 2015, y que según las propias palabras del expresidente Felipe Calderón, sería «el proyecto energético más importante del sexenio».
Ayer, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, dio a conocer la construcción de una terminal de almacenamiento, que según dijo, requerirá una inversión de mil 200 millones de dólares.
El objetivo de la terminal es funcionar como depósito y abastecer a la zona centro del país, además de que contará con una planta de aguas residuales.
El anuncio se llevó a cabo en el marco del inicio de los trabajos para la reconfiguración de la Refinería Miguel Hidalgo, en la cual se invertirán 4 mil 600 millones de dólares con el fin de aumentar 40% la producción de gasolina y diésel, de 180 mil barriles diarios a 300 mil.
El director general de Pemex, Emilio Lozoya, indicó que el proyecto de una nueva terminal de abasto y la reconfiguración de la refinería Miguel Hidalgo, resultan más atractivos desde el punto de vista costo-beneficio, para “cerrar la brecha entre la oferta y la demanda de combustibles en el país”.
El director general de Pemex Refinación, Miguel Tame, afirmó que con este proyecto disminuirán en 10% la utilización y producción de combustóleo, un energético más contaminante, costoso y por lo tanto menos rentable que la gasolina y diésel.
La refinería que no fue
Si bien la Refinería Bicentenario nunca se construyó, el gobierno del estado paga cada mes 15 millones de pesos de intereses, por una deuda de mil 500 millones que contrajo para la compra de predios para desarrollar el proyecto anunciado el 18 de marzo de 2008 por el expresidente Felipe Calderón y finalmente asignado en 2009 a Hidalgo, tras una pugna en la participaron una decena de entidades.
El ahora secretario de Gobernación y en ese entonces gobernador de Hidalgo, Miguel Ángel Osorio Chong, fue el principal impulsor del proyecto, bajo su mandato se negoció la compra de 700 hectáreas de terreno a 300 ejidatarios de la zona Tula-Atitalaquia.
Para adquirir los predios, cuyas tierras eran núcleos ejidales, el gobierno estatal adquirió un préstamo con Banamex por mil 500 millones de pesos. Después del proceso legal, el 16 de junio de 2010, Hidalgo entregó a José Néstor García, en ese entonces director jurídico de Pemex, las escrituras de los terrenos para que la paraestatal tuviera su pleno uso y pudiera iniciarse la edificación.
A cuatro años de distancia, sólo en obras completarías a la refinería, Pemex ha gastado 9 mil 612 millones. Los recursos incluyeron una barda perimetral, sustitución y adecuación de canales de riego y torres de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), así como trabajos de urbanización para que pudieran instalarse los trenes de refinación.
En total, la refinería Bicentenario tendría una inversión de 129 mil millones de pesos, divididos entre 2010 y 2015, según las propias palabras del expresidente Felipe Calderón, sería «el proyecto energético más importante del sexenio».
Aumenta deuda estatal
Aunque el proyecto quedó cancelado, el estado de Hidalgo, ahora gobernador por Francisco Olvera, arrastra un pasivo de mil 500 millones de pesos. La sólo adquisición de los predios para que se construyera la refinería aumentaron en 40% la deuda global de la entidad.
El adeudo fue transferido a Banorte, y según información oficial del gobierno hidalguense, cada mes sólo de intereses, el estado paga a la entidad bancaria 15 millones de pesos, es decir, que se han erogado 510 millones de pesos desde que se empezaron a abonar los intereses, en febrero de 2012.
Aunque la refinería no se edifique, la deuda total será liquidada en febrero de 2027. De los mil 500 millones de pesos solicitados, mil 50 fueron utilizados para el pago de los predios y 450 para la puesta en marcha del Plan Maestro de Tula.