El alto que puso el gobierno mexicano a las agencias de inteligencia de Estados Unidos no fue sólo por principio. Hubo dos diferencias con ese país en la agenda de seguridad que llevaron al cambio de estrategia: la calidad de la información táctica y estratégica que se comparte y la coordinación entre las distintas agencias de esa nación.

 

Estos puntos formaron parte de los temas que abordaron ayer los presidentes Enrique Peña Nieto y Barak Obama durante la visita oficial del mandatario estadunidense. En público, los dos minimizaron ese tema, el único real de fricción en la relación bilateral.

 

De acuerdo con información de distintas fuentes consultadas por 24 HORAS, a México le preocupa la necesidad de una coordinación ordenada, con límites y respeto a la soberanía nacional, entre las distintas agencias estadunidenses y dependencias del gobierno mexicano.

 

Para el gobierno federal también representa un problema el que la información sea fragmentada y no permita llevar a cabo las investigaciones de redes y vínculos de forma integral. Esos datos son presentados de esa forma por las agencias antinarcóticos (DEA), el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y la Central de Inteligencia (CIA), y generalmente sólo permite atender a blancos que interesan a la agenda estadunidense.

 

El gobierno mexicano plantea un esquema de cooperación de alto nivel, basado en la confianza e intercambio de información confiable de inteligencia que permita no sólo operaciones inmediatas sino investigaciones a largo plazo.

 

Para Estados Unidos una de las condiciones fundamentales en el esquema de cooperación entre los dos países es el intercambio de información, pero continuar con la realización de investigaciones conjuntas y compartir la operación, con personal mexicano y estadunidense, de las bases de inteligencia que se ubican en el Distrito Federal, Nuevo León y Guerrero, además de poner en total funcionamiento la de Chihuahua.

 

Washington considera que los funcionarios que sean los contactos para el intercambio de información deben ser certificados por EU y contar con la experiencia y el perfil que requieren las distintas tareas en materia de seguridad.

 

De acuerdo con las mismas fuentes, se considera que tras la reunión entre Peña Nieto y Obama se podrán destrabar los recursos de la Iniciativa Mérida que no se han ejercido desde el año pasado y suman 234 millones de dólares y los que deberán entregarse a partir de septiembre próximo y que corresponden al año fiscal 2014, que alcanzan los 205 millones de dólares.

 

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