El PRI busca utilizar la política de desarrollo social como moneda de cambio para aprobar la reforma fiscal con las corrientes mayoritarias del PRD. Una estrategia con la cual el tricolor pretende dividir a las izquierdas y construir condiciones de gobernabilidad necesarias para que pueda avanzar el proyecto encabezado por Enrique Peña Nieto.
Esto luego de que las reuniones secretas entre líderes del PRD con dirigentes del PRI desencadenaran el reclamo de grupos como Foro Nuevo Sol, tribu que solicitó a la dirigencia nacional del sol azteca establecer una relación institucional con el gobierno priista que asumirá funciones a partir del 1 de diciembre.
“Los interlocutores oficiosos del nuevo gobierno han buscado el acercamiento con los distintos liderazgos de la izquierda en un afán de crear un cuadro de múltiples interlocuciones que fracture al movimiento en su conjunto y otorgue mayor fuerza al nuevo gobierno sobre la base de exaltar intereses grupales o individuales”, afirmó Hortensia Aragón, coordinadora nacional de FNS.
“Se trata del viejo método de cooptar a algunos opositores, pactar avances limitados con otros mientras se excluye o reprime a los sectores más definidos, esquema que le funcionó al régimen priista durante décadas. No es deseable que existiendo un debate vigoroso al seno de la izquierda y de nuestro partido haya liderazgos que propicien o acepten esta forma de relación no institucional con sectores gubernamentales. Rechazamos la posibilidad de encuentros soterrados con el equipo de Peña Nieto, que generen desconfianza y nos aíslen de la ciudadanía”, agregó.
Aunque Aragón se negó a señalar públicamente a las tribus que han tenido acercamientos con el PRI, diversas voces al interior del PRD coinciden en que los acercamientos que han sostenido por su cuenta los dirigentes de Nueva Izquierda e IDN, corrientes mayoritarias encabezadas por Jesús Ortega y René Bejarano, tanto con el equipo de transición como con el coordinador de los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones, podrían fragmentar la unidad del partido.
El mismo Bejarano reconoció esta posibilidad tras considerar que el PRI buscará impulsar la política de desarrollo social durante la gestión de Peña a cambio de que algunos grupos dentro de la izquierda se comprometan a aprobar sin mayores contratiempos la reforma fiscal promovida por el tricolor. De ahí que Bejarano considere fundamental fortalecer la unidad de las izquierdas para no caer en la “trampa” del PRI.
Sin embargo, Nueva Izquierda pareciera estar dispuesta a pactar con el gobierno de Peña para “superar la pobreza y la desigualdad”. Así lo manifestó Miguel Alonso Raya, vicecoordinador de la bancada perredista en la Cámara de Diputados, quien aseguró que Peña Nieto no podrá cumplir sus promesas de campaña si no impulsa acuerdos con todos los partidos y sectores con el objetivo de concretar la reforma fiscal y energética, entre otras.
En este sentido, dijo que un pacto social entre todas las fuerzas políticas y sociales crearía las condiciones para discutir una reforma fiscal sin IVA en alimentos y medicinas, así como impulsar la iniciativa para el sector energético sin modificar el 27 de la Constitución.
“Hemos sostenido que no hay mejor política distributiva que la que genera empleo bien remunerado, estable y permanente, pero también no hay mejor política distributiva que la seguridad social y para que el Estado contribuya a reducir la desigualdad tiene que cobrar impuestos, los cuales deben pagar los que más ganan y mejor les ha ido por la protección a sus intereses de los diferentes gobiernos”, insistió.
Al igual que Bejarano, otros líderes del PRD consideran que mantener la unidad de las izquierdas resulta fundamental para las aspiraciones electorales del sol azteca en los próximos años y detener los cambios institucionales impulsados por el PRI para mantenerse en el poder el mayor tiempo posible. Esto, tras la aprobación de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal que da mayores facultades a la Secretaría de Gobernación.
“En el PRI viene el intento de una restauración autoritaria profunda, donde este rediseño institucional busca una concentración del poder. Nosotros tenemos que hacer un contrapeso firme y decidido para que no prospere el autoritarismo, sino que también generemos las condiciones para disputar la Presidencia de la República”, dijo el senador Alejandro Encinas.