No es ningún cliché afirmar que la educación es la base sobre la cual se construye el futuro de un país. Además, la verdadera transformación pasa por garantizar que cada joven tenga acceso a una formación de calidad, sin importar su origen o situación económica.
Por ello, el Plan de Infraestructura para Educación Media Superior anunciado por la presidenta Claudia Sheinbaum constituye una demostración de voluntad política y una acción concreta para reducir las brechas educativas.
Este proyecto tiene un propósito claro: ampliar la cobertura educativa y asegurar que más jóvenes tengan la oportunidad de seguir estudiando. Para ello, se construirán 18 nuevos planteles en 12 estados, con capacidad para más de 16 mil estudiantes.
Además, se ampliarán las 33 escuelas ya existentes y se utilizarán como bachilleratos 35 secundarias que no tienen turno vespertino, lo que permitirá optimizar los recursos y aprovechar la infraestructura disponible. Con esto, se crean 38 mil 700 nuevos espacios educativos, un paso crucial para asegurar que ningún o ningún joven se quede sin la posibilidad de estudiar.
La inversión de más de 5 mil 800 millones de pesos destinada a la construcción, ampliación y mejora de plantas es significativa. El programa La Escuela es Nuestra jugará un papel clave, al fortalecer 6 mil 200 escuelas, beneficiando a casi 2 millones de estudiantes. Esta estrategia no sólo aumenta el acceso, sino que mejora las condiciones en las que miles de jóvenes estudian actualmente.
La visión de la presidenta de México en materia educativa está orientada a consolidar una educación pública, gratuita y de calidad. Su compromiso con el fortalecimiento de la educación media superior refleja su convicción de que solamente a través del conocimiento se pueden romper las brechas de desigualdad y generar mejores condiciones de bienestar para las y los mexicanos.
Su apuesta por unificar y modernizar los modelos educativos, mejorar la infraestructura escolar y dignificar las condiciones de la planta docente responde a una estrategia integral que busca que ninguna persona joven abandone sus estudios por falta de oportunidades.
No se puede hablar de justicia social sin hablar de educación. Durante décadas, miles de jóvenes han tenido que abandonar sus estudios por falta de escuelas cercanas o por limitaciones económicas. De ahí que este plan busque revertir esa realidad y alcanzar el 85 por ciento de cobertura en educación media superior para el año 2030 en México.
Este proyecto refleja el compromiso de un movimiento y un Gobierno que entienden que la educación no es un privilegio, sino un derecho. Con voluntad y acción, hoy se está construyendo un futuro en el que el acceso a la educación no dependerá sino de la convicción de que cada joven cuenta con piso parejo para desarrollarse y contribuir al bienestar de nuestra nación.
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