La aprobación la semana pasada del presupuesto bipartidista de Estados Unidos para 2014 descongeló las negociaciones en el Congreso estadunidense de un acuerdo que permitiría la perforación y explotación de yacimientos petroleros transfronterizos en el Golfo de México.

 

“Aparentemente el Congreso de Estados Unidos está descongelando el Acuerdo de Yacimientos Transfronterizos que en México ya se había aprobado hace un par de meses. Este acuerdo es muy significativo porque para cualquier yacimiento que este exactamente en la frontera entre México y Estados Unidos, se establece los términos mediante los cuales se va a determinar qué proporción del yacimiento está del lado americano y qué proporción está del lado mexicano", explicó a 24 HORAS Luis Miguel Labardini, consultor en energía.

 

El socio de la consultoría Marcos y Asociados, especializada en la industria energética mexicana, señaló que una vez determinadas las proporciones de los yacimientos, las empresas explotadoras pagarán impuestos y regalías a ambos gobiernos de acuerdo con lo que se habrá establecido en ese convenio transfronterizo.

 

Como informó este diario, en febrero de 2012, los gobiernos de México y Estados Unidos lograron firmar el Tratado sobre Yacimientos Transfronterizos que establece un marco jurídico que da certidumbre a los que quieren participar en la explotación de hidrocarburos que se encuentren en la franja fronteriza.

 

El Senado mexicano ratificó el acuerdo en abril de 2012, pero en Estados Unidos la aprobación final está detenida y forma parte de un fuerte debate en el Congreso de esa nación.

 

Si bien el marco jurídico del acuerdo está apegado a lo que marca la Constitución mexicana, el tratado deberá ser modificado debido a la recién aprobación de la reforma energética que modificó varios artículos constitucionales para permitir la inversión privada en este sector.

 

Luis Miguel Labardini indicó que la porción mexicana de los yacimientos transfronterizos va a estar sujeta a un nuevo régimen fiscal que implicará ciertos cambios, porque cuando se diseñó el acuerdo sólo había un monopolio en México y era Pemex.

 

“Ahora estamos hablando de que puede haber otros operadores y estamos hablando también de que en México se va a modificar el régimen fiscal. Le va a aplicar a Pemex y a todos los operadores que vengan a trabajar en aguas profundas", expuso el que también ocupó varios puestos en la Secretaría de Hacienda y en Pemex.

 

-¿Cómo se va a modificar?

 

-Actualmente el régimen fiscal de Pemex básicamente lo que hace es cobrar un porcentaje fijo del valor de cada barril que es el 71% de regalía. Lo que va a pasar ahora tanto para Pemex como para los nuevos operadores es que esta regalía que antes era del 71% se va a reducir a menos del 10%. El Estado va a tomar una participación de las utilidades, ya sea en forma de producción o en forma de utilidades. Eso va a ser atractiva la explotación de petróleo para los operadores privados.

 

Según el acuerdo, un mismo operador podrá explotar el yacimiento petrolero de un lado u otro de la frontera en el Golfo de México. Algo similar será también posible para la explotación del gas natural y especialmente del gas shale, pues el yacimiento llamado Eagle Ford, el más importante de este país, es una continuación del mismo que se ubica en Texas, EU.

 

“Pemex puede ser uno de los cinco o seis participantes en un consorcio. En aguas profundas, las compañías no van solas para reducir su perfil de riesgo. Generalmente son varios. Probablemente Pemex va a ser participante en algunos de estos yacimientos, pero Pemex no va a ser el operador porque el operador generalmente es el que tiene un mayor porcentaje de participación en el yacimiento y también es una empresa que tiene mucha experiencia en aguas profundas”, expuso Labardini.

 

El experto anticipó que grandes empresas como Shell, Exxon y British Petroleum, serán las que podrían ser los principales operadores de los yacimientos en las aguas profundas en el Golfo de México con la participación de la petrolera mexicana, mientras que pequeñas y medianas empresas nacionales e internacionales se enfocarían en el gas natural y gas shale.

 

Sin embargo, hay que esperar todavía la decisión final del Congreso estadunidense ante este acuerdo de yacimientos transfronterizos, así como de la implementación de la reforma energética en México, que podría necesitar la modificación del tratado, recordó el experto.

 

Por otra parte, Labardini afirmó que la reforma energética es una buena noticia para México, pues con la inversión privada en el sector, llegarán más ingresos para el gobierno, se crearán más empleos, habrá mayor desarrollo tecnológico en el país y aumentará la demanda de bienes industriales.

 

No obstante, "no se puede cantar victoria todavía porque estas cosas no van a suceder por acto de magia", dijo.

 

Explicó que a pesar de la reforma constitucional que se llevó a cabo en el sector energético mexicano para permitir la participación de empresas privadas, todavía no se determinan los mecanismos concretos que traerán la inversión, incrementará la producción y favorecerá el crecimiento, el desarrollo y el bienestar.

 

“Hay una crítica que se ha hecho en México de que somos buenos para hacer reformas, pero somos muy malos para implementarlas. El gran reto que tenemos por delante es una implementación exitosa de la reforma”, comentó.

 

También consideró que la rapidez con la cual se aprobó la reforma ha generado ciertas dudas, especialmente en cuanto al espacio que se dejó a la Secretaría de Hacienda en el Fondo Mexicano de Petróleo.

 

“Se le está otorgando a la Secretaría de Hacienda una flexibilidad que puede en el largo plazo poner en riesgo el ahorro que es producto de la renta petrolera y habrá que establecer reglas muy claras con respecto a cuándo puede el Congreso y la Secretaría de Hacienda hacer uso de esos fondos que están ahí en el Fondo Mexicano del Petróleo. El diablo está en los detalles”, concluyó.

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