Al llegar a la iglesia de San Hipólito los 28 de cada mes, un fenómeno se confecciona, miles de personas, la mayoría jóvenes se congregan en torno a San Judas Tadeo, el santo de las causas difíciles. La vestimenta, el color de piel, los peinados son una característica que destacan y lucen más en las mujeres. Las chicas van y vienen, de dos en dos, acompañadas de amigos o el novio, de la familia, con Sanjuditas en los brazos, globos, flores, maquillaje en el rostro; toda la dedicación que merece un ritual. No pasan desapercibidas aunque nadie les dice nada, los hombres las miran, los policías comentan; mientras que ellas absortas caminan como santas en su encuentro con San Judas.
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