WASHINGTON. Congresistas estadunidenses manifestaron su preocupación respecto a que Rusia no está compartiendo información de inteligencia sobre amenazas a los atletas en los próximos Juegos Olímpicos de invierno de Sochi.

 

El representante Mike Rogers, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, dijo que las autoridades rusas están claramente preocupadas respecto a la seguridad en los juegos de invierno, y que movilizaron a 30 mil soldados al área para enfrentar la amenaza de atentados.

 

“Pero no logramos conseguir toda la información que precisamos para proteger a nuestros atletas en los juegos”, dijo Rogers a la cadena CNN.

 

El republicano agregó que la falta de voluntad de los rusos para compartir información con el servicio de inteligencia de Estados Unidos implica “una falta de cooperación que es muy preocupante para mí”.

 

“Así que lo que estamos encontrando es que no nos están dando la historia completa sobre las amenazas, de quiénes necesitamos preocuparnos”, añadió el congresista.

 

“¿Son grupos terroristas que han tenido algún éxito, que siguen conspirando?, se preguntó.

 

El presidente de la comisión de Seguridad Interior de la Cámara baja, Michael McCaul, confirmó desde Moscú que las amenazas son “reales” durante una entrevista realizada por la cadena estadunidense ABC.

 

“Llaman a realizar atentados durante los JO. Presenciaremos esas tentativas, estoy seguro”, declaró.

 

Según él, las autoridades rusas van a desplegar a 100 mil personas encargadas de la seguridad con el fin de proteger el aeropuerto de Sochi, los trenes de montaña y el sitio donde se desarrollarán los juegos.

 

El representante republicano dijo que los rusos cooperaban un poco y que se asignó una veintena de agentes del FBI para proteger los juegos, aunque estimó que la cooperación podría “ser mucho mejor” y precisó que quería saber más sobre las salidas de emergencia.

 

Los Juegos se celebrarán entre el 7 y el 23 de febrero.

 

Las excepcionales medidas de seguridad desplegadas en Sochi se decidieron hace tiempo, sobre todo por la amenaza del jefe de la rebelión islamista del Cáucaso, Doku Umarov, que en julio llamó a impedir la celebración de los Juegos de Invierno “por todos los medios”.