MOSCÚ. El presidente ruso Vladimir Putin advirtió que nadie debe utilizar el derribo del avión malayo en Ucrania para sus propios fines políticos y pidió garantizar el trabajo de los expertos internacionales en el lugar de la tragedia aérea.

 

“Sobre los trágicos sucesos que ocurrieron en el cielo de Donetsk, quiero destacar una vez más la posición de Rusia respecto a lo que pasa en Ucrania. Hemos pedido a las partes en conflicto a detener el derramamiento de sangre y sentarse a la mesa de negociaciones”, dijo Putin.

 

En una inusual comparecencia televisada, Putin reiteró su convicción de que la tragedia aérea no hubiera ocurrido si las acciones militares contra los combatientes prorrusos en el este de Ucrania no se hubieran reanudado el pasado 28 de junio.

 

“Sin embargo, nadie debe ni tiene el derecho de usar esta tragedia para conseguir sus propios objetivos políticos egoístas. Este tipo de sucesos no deberían dividir a la gente sino unirla”, afirmó.

 

Agregó que los actores de la situación en la región deben asumir la responsabilidad ante su propio pueblo y ante los pueblos de los países, cuyos ciudadanos murieron en la tragedia del avión, ocurrida el pasado 17 de julio.

 

Aseguró que Rusia hará todo lo posible para que el conflicto en el este de Ucrania supere la etapa militar en que se encuentra ahora y comience la fase de negociaciones a través de medios pacíficos y diplomáticos, según la agencia rusa de noticias Ria Novosti.

 

Asimismo, el jefe del Kremlin pidió un “corredor humanitario” que permita a los expertos internacionales acceder al lugar donde cayó el avión malayo con 298 personas a bordo, presuntamente abatido por un misil tierra-aire.

 

Ayer, durante una visita a la embajada malaya en Kiev, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ordenó un alto al fuego en un radio de 40 kilómetros alrededor del lugar donde fue derribado el Boeing 777.

 

Por su parte, el presidente Barack Obama, volvió a arremeter contra los separatistas prorrusos como responsables de la caída del avión malasio. En una rueda de prensa en la Casa Blanca, los acusó de «continuar bloqueando la investigación» sobre el siniestro de la aeronave derribada e instó a Rusia a usar su influencia para permitir una investigación «transparente».

 

«¿Qué es lo que están tratando de ocultar?», se preguntó Obama y exigió a Moscú que presione a los rebeldes para que cese la «manipulación» de los restos, so pena de caer «en un mayor aislamiento» respecto a la comunidad internacional.

 

«Lo que necesitamos es acceso inmediato y sin obstáculos al lugar de los hechos», agregó el mandatario.

 

Por ello, urgió a Rusia a que utilice su «fuerte influencia» sobre los rebeldes para abrir la zona sin restricciones a los investigadores internacionales.

 

«El presidente ruso, Vladimir Putin, tiene responsabilidad directa para obligarles a cumplir con la investigación, es lo mínimo» que pide «la decencia», subrayó.

 

Obama criticó que los separatistas están eliminando «evidencias» y están trasladando los cuerpos «muchas veces sin el cuidado que se debe tener» en circunstancias tan trágicas para los familiares de víctimas inocentes.

 

«Debemos asegurarnos de que la verdad sale a la luz», subrayó el presidente estadunidense.

 

Desde la pasada semana, EU ha afirmado que dispone de pruebas contundentes de la responsabilidad de los separatistas en el derribo del avión sobre territorio ucraniano.

 

 

El tren con víctimas parte y dan por concluida la búsqueda

 

 

KIEV. Finalmente, el tren refrigerado con los cerca de 300 cadáveres de las víctimas del avión malasio abandonó la estación de Torez, cerca de Donetsk, en el este de Ucrania con destino hacia la ciudad de Járkov a 300 km de distancia, en la vecina región del mismo nombre, donde estaría esperando un grupo de 31 especialistas forenses de varios países.

 

El tren partió luego de que forenses holandeses revisaran los cuerpos y exigieran a los rebeldes que dejaran partir al convoy para que los cadáveres sean identificados y regresados a Holanda. También presionaron a los separatistas prorrusos para que sellaran los cinco vagones refrigerados para impedir la descomposición de los cuerpos.

 

Periodistas que estuvieron en la estación de Torez dijeron que el hedor a cuerpos descompuestos era insoportable y que por la noche del domingo un problema técnico había hecho que el sistema de refrigeración del tren se apagara.

 

Recientemente, la comunidad internacional estalló en críticas hacia los rebeldes tras hacerse públicas fotos que mostraban como alrededor de 200 cadáveres eran apilados al sol y trasladados en camiones de basura.

 

El tren partió también luego de que los equipos de rescate dieran por concluida esta tarde la recuperación de cadáveres en el este de Ucrania. Los expertos recuperaron 282 cadáveres y 87 restos de los 16 fallecidos restantes, explicó en Kiev el vicejefe de gobierno ucraniano, Vladimir Groisman.

 

Con ello, los equipos ucranianos dan por concluidos los trabajos de rescate en Grabovo, donde cayó el avión.

 

La zona del rescate se había ampliado de 35 a 50 kilómetros cuadrados y en las tareas de rescate participaron 200 rescatistas y 800 voluntarios ucranianos. EFE

 

La prioridad de Holanda: repatriar a las víctimas

 

AMSTERDAM. El primer ministro de Holanda, Mark Rutte, aseguró al Parlamento de su país que la prioridad es repatriar a las víctimas neerlandesas y luego llevar ante la justicia a los responsables del ataque contra el avión comercial malasio en Ucrania oriental.

 

«Queremos a nuestra gente de regreso a casa», dijo Rutte ante la comisión de Asuntos Exteriores, en la que los diputados subrayaron la tristeza y la rabia que sienten ante el desastre que alguno de ellos como Sjoerd Wiemer Sjoerdsma (D66) calificó de «crimen de guerra».

 

Un cauto Rutte subrayó que «la prioridad es repatriar a Holanda y tan pronto como nos sea posible los cadáveres» de los 193 nacionales muertos en el incidente, «antes de apuntar a los responsables».

 

Rutte admitió ante los parlamentarios que la situación en Ucrania oriental cambia cada minuto «y aún no hay pruebas suficientes», pero también aseguró que los servicios de inteligencia del país tienen «fuertes evidencias» sobre las circunstancias en las que se produjo el incidente que hace cuatro días costó la vida a 298 personas.

 

«No hay una autoridad estatal efectiva en la zona y hay varios grupos criminales», dijo Rutte a los parlamentarios, al tiempo que les recordó que el hecho de que observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) fueran secuestrados hace algunas semanas muestra la peligrosidad de la zona.

 

El diputado Gert-Jan Segers, de la Unión Cristiana, planteó al gobierno si la Corte Penal Internacional (CPI), el alto tribunal de la ONU con sede en La Haya, podría perseguir a los autores del ataque.

 

Rutte respondió que «la CPI solo actúa cuando los Estados por sí mismos no pueden o no son capaces de llevar a los ofensores ante la Justicia. Esperemos que no haya que tomar esa acción».

 

Les garantizó que Holanda hará todo lo posible por llevar ante la justicia a los responsables del derribo del avión y calificó de «intolerable» y «terrible» el tratamiento dado a los restos de las víctimas, así como la «actitud de los grupos armados en la región».

 

El jefe de la diplomacia neerlandesa, que dijo haber conversado y obtenido el pleno apoyo de sus homólogos de Estados Unidos y Reino Unido, está en Nueva York para asistir al consejo de seguridad de la ONU que votará una resolución de condena del ataque.

 

Rutte señaló no disponer de información sobre cuántas víctimas holandesas están en esos trenes refrigerados, pero indicó que «al menos están en una zona controlada por Ucrania».

 

Muchos holandeses siguen acudiendo ayer a una zona de la terminal 3 del aeropuerto de Amsterdam-Schipol, de donde partió el vuelo MH17, para colocar flores y velas en homenaje a las víctimas, y plasmar su firma en el libro de condolencias.

 

Por la tarde, los reyes Guillermo-Alejandro y Máxima de Holanda, junto a Rutte y el resto del Gobierno, celebrarán en Utrecht una ceremonia junto a las familias de las víctimas para rendirles homenaje.