El secretario general de Gobierno del Estado de México, José Manzur, informó que además de los 531 policías que resguardan Valle de Bravo, 250 elementos de la Policía Federal se sumarán para reforzar la seguridad en la zona.
Destacó que a raíz de los secuestros, el gobierno estatal ha puesto en marcha un operativo especial, que aumentó cinco veces el número de agentes en esa localidad.
«Es fundamental que en Valle de Bravo haya paz» para que el turismo visite la zona «con toda tranquilidad», añadió.
Manzur, aseguró que en todo el estado hay una disminución importante de delitos de alto impacto, «estamos hablando casi del 18 por ciento, y de denuncias comunes casi un 9 por ciento».
En entrevista con Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula, precisó que las cifras de delitos de alto impacto fueron proporcionadas por el Secretariado Nacional de Seguridad Pública (SNSP), además, agregó, estos datos se encuentran a disposición del público.
Manzur se dijo dispuesto a abrir a una auditoria las cifras en materia de seguridad con las que se cuenta en el estado.
El funcionario estatal dijo que en los últimos días se han denunciado tres casos de secuestro, de los que el primero fue resuelto con la detención de tres presuntos plagiarios y la liberación de una persona.
De las otras «seis víctimas, dos han sido liberadas» y las cuatro restantes «están en manos de secuestradores», precisó el funcionario.
«Seguramente en las próximas horas tendremos buenas noticias», apuntó Manzur, quien confió en que atraparán a los secuestradores y las víctimas estarán de regreso en sus casas.
El secretario de Gobierno atribuyó los secuestros a dos bandas que operan en Valle de Bravo, una localidad de 60 mil habitantes ubicada a unos 150 kilómetros al suroeste de la capital mexicana.
Una de las bandas ya está en la cárcel y una vez la segunda esté «tras las rejas, el asunto de Valle de Bravo estará resuelto», aseguró.
Según la organización civil Alto al Secuestro, en ese centro turístico se han registrado 15 secuestros en el último mes y las propias víctimas los han atribuido a grupos de narcotraficantes que operan en otros estados del país.
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