Entre los primeros 30 nombres que los padres de familia llevan ante el Registro Civil del Distrito Federal para obtener un acta de nacimiento para sus hijos están los de artista, los de futbolistas y los de fantasía, pero no los de políticos.

 

Enrique, nombre con carácter presidencial, pasó de moda a finales de los años 90, y hoy es más frecuente que a un niño se le nombre Luis Enrique que Enrique a secas, de acuerdo con el resultado de una búsqueda solicitada por 24 HORAS a dicha instancia capitalina.

 

Miguel Ángel, nombre del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, se mantiene entre los más socorridos desde el año 1951; sin embargo, ha perdido preferencia, quizá debido al auge de una variante de moda: Luis Ángel.

 

Carlos, nombre de un conocido ex presidente, desapareció súbitamente del gusto de los padres de familia a partir de 1988, justamente cuando el aludido iniciaba su gestión como mandatario.

 

Andrés Manuel, nombre del popular dirigente de la agrupación política Morena, es casi inexistente en el Registro Civil de la urbe que gobernó entre 2000 y 2005. Así, durante 32 años esa dependencia sólo requirió imprimir 193 actas de nacimiento con ese nombre, en contraste con los 55 mil 206 documentos de identidad que expidió en el mismo lapso para los Miguel Ángel, por citar un ejemplo.

 

Cuauhtémoc, nombre del máximo icono de la era prehispánica, el de un destacado político actual y hasta el de un famoso futbolista, apenas logró 719 registros a lo largo de tres décadas.

 

XIMENA Y ALEXANDER, EXÓTICOS DE MODA

 

Ximena, con tres mil 883 registros en los últimos seis años; Alexander, con mil 693; Iker, con 606; Isabella, con 486; Gael, con 292 y Samantha, con 149, son algunas de las denominaciones exóticas de moda (2009-2013) en la Ciudad de México.

 

Otros nombres exóticos como Brandon, Brian, Kevin, Kelly, Justin, Wendy, Evelyn, Britney o Maicol, entre otros que parecen inspirados en personajes de la televisión estadounidense no ocupan los renglones preferenciales de la lista, aunque sí se registran oficialmente con rangos que van de entre 20 y 50 por año, de acuerdo con jueces entrevistados por este diario.

 

EL DERECHO DE LOS PADRES

 

“El Código Civil establece  que los jueces podemos sugerir que no se pongan nombres raros; sobre todo los que puedan resultar lesivos para el menor; pero de ningún modo podemos prohibirlos”, dijo a este diario el juez Carlos Leopoldo Aguirre.

 

Para ejemplificar la complejidad de su trabajo menciona el caso de un colega suyo, quien fue sujeto de una recomendación por parte de la Comisión de Derechos Humanos del DF, ello en respuesta a la inconformidad de un padre que alegó tener derecho de poner a su hijo “cualquier nombre”, “por raro que al juez le pareciera”.

 

NOMBRES “RAROS”

 

Una nueva tendencia poblacional, elegir nombres pretendidamente “únicos” para los hijos, aun cuando estas denominaciones puedan considerarse “raras” (Yatsuri, Yurani, Yamileth, Yireh, Merari, Azeneth, Azari, Isarí, etcétera), ha crecido en nuestro país, y su profusión inquieta a jueces y a especialistas, quienes temen que dicha práctica afecte a la identidad nacional.

 

Yemina García García, supervisora del Registro Civil, comienza la charla con este diario aceptando que ella misma tiene un nombre “raro”, por decisión consciente de su madre al momento de registrarla. Sin embargo, aclara que éste “sí tiene identidad y origen”, porque es hebreo.

 

“El problema, comenta la especialista, “es cuando te llegan unos padres que quieren ponerle Winnie Pooh a su hijo… Aquí pienso que es nuestro deber hacerles ver que ese nombre es de caricatura, no algo que tenga identidad u origen. Si bien nosotros podemos recomendar, no prohibir, yo diría que si llega a estar en nuestras manos impedirlo, debemos actuar; hay que pensar en nuestra cultura e identidad”.

 

JUECES, SIN PODER PARA IMPONER

 

Hasta el escritorio del juez del Registro Civil José Luis Miranda, llegan por lo general padres de familia que ya traen un nombre en mente para sus nuevos hijos, y “es difícil hacerles cambiar de opinión.”

 

“Quizá porque piensan en trascender a través de sus chicos, algunos padres hacen combinaciones medio raras, palabras cruzadas que pudieran generan estigmas en el menor; pero sólo a veces logramos hacerlos cambiar de opinión, generalmente traen la decisión tomada y no hay poder jurídico que les quite su derecho a decidir”.

 

JUEGOS DE PALABRAS

 

Muchas veces, coinciden los entrevistados, los nombres raros o únicos suelen justificarse, por parte de los padres, con base en aparentes significados, simbolismos religiosos o místicos; sin embargo, se ha visto que muchas de estas elecciones son resultado de un simple juego de letras: “Jaraliden, juseth, iraine, aleyani, aniami…”

 

El Registro Civil, instancia que hace unos días llevó a cabo la Primera Feria Nacional de la Identidad, no publica el número de actas expedidas en relación con estos nombres “raros”, pero un cálculo extraoficial indicaría que la cifra podría fluctuar entre 35% y 40% de los casos.

 

Quizá como contraparte de lo anterior, durante 2012, alrededor de siete mil capitalinos parecieron hacer eco del primer fallo de la Suprema Corte en apoyo el “derecho al cambio de nombre”, y acudieron casi en tropel a cambiárselo.

 

A LA MODA

 

Los nombres de las personas también parecen girar en torno a los vaivenes de la moda. Según listas del Registro Civil capitalino han pasado de moda nombres que pudieran llamarse “tradicionales” como Juana (figuró hasta 1947), Guillermo (hasta 1949), Pedro (1949), Juan (1962), Gloria (1953), Martha (1964) y hasta el típico Guadalupe (en 2001 inició su descenso, desde contar entre dos y tres mil registros por año a 297 en 2012).

 

Y en sentido inverso, nombres castellanos como Renata, María Fernanda, Camila, Valeria, Daniela y Valentina; así como Rodrigo, Diego, Santiago, Ángel Gabriel, Luis Ángel, Maximiliano, Leonardo y Emiliano, los que no figuraban en listas preferenciales antes de 1997, han tenido auge en los últimos años, hasta llegar a ser de última moda (2011-2013).

LA POLÍTICA

 

Los nombres de políticos no son, de ninguna manera, los de primera elección para los padres de familia al momento de elegir un nombre para sus recién nacidos, según lo deja ver el resultado de una solicitud de datos hecha por 24 HORAS al Registro Civil del DF (ver tabla).

 

ALGUNOS NOMBRES “POLÍTICOS” EN EL DISTRITO FEDERAL *

REGISTRO ANUAL

ENRIQUE

MIGUEL ÁNGEL ANDRÉS MANUEL CUAUHTÉMOC

1982

894

2961

4

54

1983

823

3037

2

58

1984

687

2630

3

42

1985

678

2457

3

41

1986

616

2275

5

42

1987

1106

4290

6

73

1988

788

3192

3

69

1989

521

2092

2

25

     1990 (*)

1991

448

1884

1

31

1992

456

2113

4

23

1993

572

2745

2

36

     1994 (*)

1995

414

1942

3

26

1996

546

2564

7

22

1997

485

2217

5

13

1998

496

1929

7

15

1999

428

1792

4

17

2000

450

1728

17

12

2001

408

1598

9

14

2002

398

1580

10

12

2003

279

1108

24

14

2004

280

1120

16

13

2005

314

1066

13

14

2006

337

1446

11

10

2007

241

976

8

9

2008

233

886

4

4

2009

214

867

8

11

2010

226

891

2

7

2011

184

733

4

4

2012

123

599

3

4

2013

117

488

3

4

SUMA

13,762

55,206

193

54

(*) No disponible
Elaborada por 24 HORAS, con datos del Registro Civil del Distrito Federal, 1982-2013

 

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