La organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) ha lanzado una campaña de recaudación de fondos para producir un video que ayude a cambiar las leyes que regulan el acceso a tratamiento para el dolor de los pacientes terminales en México.

 

«Leyes restrictivas hacen que resulte increíblemente complicado obtener medicamentos para el dolor como la morfina en México», asegura la organización en el anuncio de la campaña de recaudación de fondos lanzada este mes a través de la plataforma Kickstarter.

 

«Fuera de las grandes ciudades, hay muy pocos médicos y farmacias donde los pacientes pueden adquirir los potentes analgésicos que necesitan. Como resultado, miles de enfermos de cáncer y el VIH/sida mueren sin haber podido aliviar su sufrimiento», lamenta HRW.

 

La organización busca recaudar 25 mil dólares para finales de este mes que se destinarán a producir un video de entre cinco y ocho minutos de duración que mostrará «los rostros e historias de quienes padecen ese sufrimiento innecesario».

 

Carroll Bogert, subdirectora ejecutiva de HRW, subrayó en un breve video para anunciar la campaña de recaudación de fondos que el lenguaje que utilizan las personas que sufren dolor extremo es «casi idéntico» al que utilizan las víctimas de tortura.

 

Diederik Lohman, investigador de la división de Salud y Derechos Humanos de HRW, dirigirá el proyecto en México en colaboración con un centro oncológico de la capital mexicana, hospitales en el municipio de Guadalajara, pacientes, familiares y grupos activistas como «Tómatelo a Pecho», que combate el cáncer de mama.

 

Lohman, que ha realizado ya una investigación similar a la que planea en México en Senegal, Kenia, Ucrania e India, asegura en el video de presentación de la campaña que muchas personas alrededor del mundo mueren en «circunstancias espantosas» por no tener acceso a fármacos para el dolor.

 

Para el investigador, lo que resulta «espeluznante» es que ese sufrimiento se puede prevenir fácilmente.

 

«Los medicamentos para tratar ese dolor son baratos, están disponibles desde hace muchos años y son eficaces y seguros», afirmó Lohman, quien insistió en que el hecho de que no se use ese conocimiento y como resultado la gente sufra innecesariamente es lo que convierte el asunto en «una violación de los derechos humanos».

 

Lohman asegura que durante las investigaciones realizadas en los últimos años ha descubierto que personas a las que solo les quedan semanas de vida y experimentan un dolor intenso tienen que viajar hasta siete horas en autobuses destartalados para llegar a un hospital en el que se les dispense medicación.

 

«Un video que muestre el sufrimiento, que le ponga un rostro humano, nos ayudará a convencer al Gobierno (de México) para que tome medidas para cambiar la situación», concluye el experto.