A unos días de asumir la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Enrique Graue Wiechers se ve contento y sonriente después de pasar por la designación del nuevo rector, un proceso tortuoso, angustiante e incierto -según su propia descripción- pues nunca se sintió seguro de ser elegido por la Junta de Gobierno.
En medio del trajín, un incómodo Fernando Castañeda -director de la Facultad de Ciencias Políticas, ex contendiente- pasa a la Facultad de Medicina para saludarlo personalmente y evitar el rumor en los medios de haber sido el único aspirante que no felicitó al nuevo rector. Graue lo recibe y lo abraza, hablan rápido, tiene la agenda copada.
Durante toda la mañana han entrado y salido de su oficina filas de personas que buscan una entrevista personal con el oftalmólogo: algunos quieren presentarle propuestas y dejarle currículums, la mayoría espera palmearle la espalda y felicitarlo por su designación. Son las 12:00 del día y el sonriente Graue, desde su oficina en la Facultad de Medicina, se ve cómodo con el título de “rector” aunque -formalmente- todavía no lo sea.
Le va a tocar la Universidad en uno de sus momentos más difíciles, ¿le preocupa la crisis económica?
¡Claro! Nos preocupa a todos los mexicanos y ahora como rector, por supuesto que me preocupa. El presupuesto de la educación superior que de por sí siempre es insuficiente y en México anda por debajo de los límites aceptables. Yo creo que el Estado mexicano entenderá la importancia de que no se deterioren los presupuestos de las universidades públicas y particularmente de la UNAM. He recibido muestras de que así va a ser.
¿Hay algún compromiso? ¿Ya habló con el presidente?
(Sonríe. Asiente)
¿Qué le dijo?
Que habrá apoyo por parte del Estado, siempre y con respeto a la Universidad.
¿Les van a aumentar el presupuesto? ¿Cuándo se reunirá con él?
No hablamos de números. Fue un telefonema, habrá que sentarse a hablar de eso, (pero) le toca al rector (Narro). En principio lo buscaría en caso de que el presupuesto nos falle, en otro caso no habría por qué molestar.
Le va a tocar una situación política compleja con las elecciones de 2018, ¿cómo debe ser la postura del Rector?
Falta tiempo para eso. Yo hago votos para que los candidatos y los partidos políticos entiendan que la Universidad no debe ser un foro de debate y para que los universitarios participen individualmente, que no exista en la Universidad ningún compromiso con ningún partido político ni ningún candidato.
¿Cómo debe ser la relación entre el rector y el presidente?
Respetuosa y firme. No tenemos por qué pelearnos con el Estado pero el Estado no tiene por qué intervenir en nuestra vida académica: al Estado le toca el financiamiento de la Educación Superior; la autonomía quiere decir que nosotros decidimos cómo enseñamos, cómo educamos y qué es lo que difundimos. Yo creo que el Estado lo entiende, lo ha entendido.
¿Sí lo ha entendido?
En la historia no siempre, pero en los años pasados sí.
Se habla de que el rector Narro es cercano al presidente, que le contesta el “teléfono rojo” ¿usted aspiraría a esta posición?
Yo creo que al rector le toca defender a la Universidad y luchar por la Universidad, y si por la Universidad hay que luchar y cargar el teléfono rojo hasta donde haya que cargarlo, lo cargaré… ¡hasta Los Pinos si es necesario! pero cercanías de esta naturaleza, por lo menos en mi caso… no sé si las tenga el doctor Narro, pero se ve que (el presidente) sí ha escuchado porque el presupuesto universitario ha aumentado de forma importante en los últimos años y cuando menos en este no ha perdido en términos reales.
El auditorio Justo Sierra, ¿seguirá cerrado otros ocho años?
Déjeme asumir la Rectoría para acabar de estudiar el problema. Hay que hablar con las personas que están ahí, intentar de un lado y esperar que un cambio de gestión los haga entender y entrar en razón. Es un espacio universitario, es la Universidad y tiene que desocuparse de alguna manera.
¿Cuál es el diagnóstico? ¿A poco no tiene información?
Déjeme sentarme ahí para tener la imagen completa… sí (tengo información) pero no es una que tenga de primera mano porque no se nos ha dado. Cualquier cosa que dijera estaría mintiendo porque no conozco ni qué grupo está metido, ni cuántos son, ni qué interés obedecen si es que obedecen algún interés, que me imagino que sí.
Otro tema escabroso: inseguridad, narcomenudeo ¿se puede resolver o se contiene?
La UNAM es parte de México y México es un país inseguro. Esta Universidad no va a construir murallas alrededor, debemos identificar las zonas donde hay mayor inseguridad y aumentar la vigilancia en esos sitios, hay que fomentar la cultura de la denuncia oportuna: que los maestros o los académicos vean algo y rápidamente le hablen a nuestros sistemas de seguridad, que son más de disuasión que coercitivos. Hay que mantener una relación estable con las autoridades para propiciar que los delincuentes sean detenidos antes de que lleguen a la Universidad.
Juan Ramón de la Fuente fue la “pacificación”, José Narro Robles la “estabilización”, ¿qué adjetivo le gustaría que llevara su mandato?
La consolidación. Fortalecer todo lo que hemos hecho, la Universidad ha crecido mucho y ahora hay que ver para adentro y ver de este crecimiento qué debemos fortalecer, canalizar, consolidar lo que se ha venido haciendo. Es momento de que la Universidad continúe mejorando en su calidad educativa y en la significación de su investigación.
Su proyecto no es de cuatro años, en algún momento aspirará -como ha sido naturalmente- a renovar.
En cuatro años le contesto.
¿Cómo le gustaría ver a la Universidad?
Con una mejor calidad educativa, tecnológicamente innovada, fortalecer las tecnologías de la información, con el deporte más allegado a los jóvenes, con una cultura que se enseñe no que nada más la expresemos, con un bachillerato con mayor orgullo de pertenencia a la Universidad y un poco más moderno.
¿Se podrá alcanzar la meta del gobierno federal de una cobertura de 40% en educación superior?
Espero que así sea pero si no se ponen más recursos, no se va a alcanzar. Yo sí tengo la impresión de que el Estado invertirá más, no hay forma de que crezcamos si no es invirtiendo en la educación. El resto del crecimiento del país depende de lo que eduquemos.
¿Sólo dinero necesita la educación superior?
El dinero no hace la educación. Toda educación debe seguir siendo constantemente mejorada, es una labor inacabable. Lo que no podemos hacer es ser autocomplacientes, decir “estoy bien”. No, hay que seguir mejorando siempre. Tenemos que trabajar mucho en tecnologías de la información para que el muchacho participe, para que se hagan conocimientos contextualizados en la realidad.
Se está hablando ya de la necesidad de una segunda fase en la Reforma Educativa que incluya a la Educación Superior, ¿cómo debe ser? ¿es necesaria?
La educación debe reformarse constantemente, por supuesto que es necesaria pero corresponde a las Universidades públicas definir cómo es su reforma. No es algo que pueda venir de fuera.
Organismos internacionales y empresariales, OCDE y Manpower, dicen que ya no se necesitan más abogados, sociólogos o administradores, ¿el cupo de ciertas carreras tradicionales ya está excedido en el mercado laboral?
Es probable que en algunas. La pregunta es si el país ha crecido lo suficiente para absorber a la gente que egresa de estas carreras tradicionales. Lo que nos ha faltado es crecimiento económico, que esperemos que suceda pronto, porque si no este nicho o bono demográfico que tenemos no va a suceder. El país tiene que crecer. Recortar la matrícula de educación superior porque el mercado no lo está absorbiendo, eso no lo debemos hacer: no debemos dejar de educar porque el mercado no absorbe.
¿Eliminar algunos programas y crear otros?
Crear nuevos sin eliminar ninguno. ¿Qué es peor, que alguien educado no encuentre trabajo o que no eduques porque no hay trabajo? A mí me parece que lo segundo, ¿andar recortando matrícula porque no hay suficientes nichos de oportunidad? ¡no! La sociedad se hace compleja y tiene uno que tener la versatilidad de crear nuevas cosas pero no por eso detener los crecimientos de Medicina, Derecho, Economía o Contaduría… no porque el mercado no nos esté absorbiendo, lo dejemos de hacer.
¿La Universidad tendrá esta capacidad?
Hay que dialogarlo, uno puede crecer en la medida en que el financiamiento existe porque sin financiamiento deterioras lo existente.
¿Debe existir un posicionamiento público sobre las situaciones por las que está pasando el país?
Claro y se ha venido haciendo. En aquellos problemas que requieren una propuesta analítica y crítica, el rector debe ser la voz y la expresión de la inteligencia colectiva, de un grupo colegiado pero no por sí mismo.
¿Enérgico o moderado?
La verdad no es ni enérgica ni moderada y si a alguien le molesta la verdad, entonces puede calificarla de “enérgica”. La verdad es una. Hay que mantener la capacidad de indignación ante la inequidad y la injusticia, no podemos acostumbrarnos a que esto suceda, tiene que mantenerse.