Alrededor de 270 mil edificios están asentados en la zona de alto riesgo sísmico en la ciudad, y de ocurrir un temblor con fuerza similar al de 1985, se presentarían daños del 85 al 90% en esa infraestructura.
Renato Berrón Ruiz, director general del Instituto para la Seguridad de las Construcciones, organismo descentralizado del gobierno capitalino, aseveró que dicha área está conformada por la totalidad de la delegación Cuauhtémoc, y parte de las demarcaciones Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza e Iztacalco; “es lo que abarcaba el antiguo lago de Texcoco”.
Para el Instituto sectorizado a la Secretaría de Obras y Servicios, se trata de una zona de acción prioritaria, donde se concentrarían los daños, en caso de un sismo fuerte; y, por lo tanto, las acciones.
Berrón Ruiz aseveró que a pesar de los 8.2 grados Richter del sismo del 7 de septiembre pasado, éste no tuvo la fuerza suficiente para poner a prueba la ciudad.
“Apenas alcanzó una quinta parte de la aceleración que se tuvo con el sismo de hace 32 años. En realidad fue muy pequeño; hemos tenidos sismos más fuertes en la ciudad y no nos sirve de referencia”, dijo.
Bastará, continuó, con un sismo con 80% de la fuerza que tuvo el de 1985 para conocer qué tanto han servido los nuevos reglamentos y materiales de construcción, “y quién sabe que tan librada salga la ciudad; hay muchos puntos vulnerables”.
También, indicó, algunos edificios llevan décadas sin el mantenimiento necesario y se han deteriorado; “en promedio, al año, detectamos 50 edificaciones que se encuentran en alto riesgo”.
Hay estructuras más resistentes
Por separado, el investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, Raúl Valenzuela, precisó que el sismo del 7 de septiembre ha sido uno de los cuatro más grandes en la CDMX en los últimos 75 años; y desafortunadamente, dijo, no fue el gran terremoto que se espera ocurra, luego de los registrados en 1985.
Para el delegado en la Ciudad de México de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Arturo Bautista, los cambios en materia de construcción después de dicha fecha han evitado que la ciudad haya tenido daños cada que tiembla, toda vez que existe un avance tecnológico en los materiales y la resistencia de éstos.
Cambios de peso
600 kilogramos por centímetro cuadrado resisten ahora los concretos.
300 a 400 kilogramos soportaban hace tres décadas; por ello hoy son más altos y esbeltos.
Preocupa a sismólogos, la brecha de Guerrero
El sismo que podrá a prueba desde el Reglamento de Construcciones del DF hasta las nuevas tecnologías en materiales y métodos constructivos será el que se produzca en la zona conocida como la Brecha de Guerrero.
En 1911 ocurrió el último sismo importante en ese lugar y es donde los sismólogos consideran que se originará un temblor de fuerza similar al ocurrido hace 32 años en la Ciudad de México.
Esta brecha, explicó Raúl Valenzuela Wong, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, se ubica entre las costas de Acapulco y de Zihuatanejo y es la razón por la cual se creó la alerta sísmica para la capital.
“Cuando se habla de ése sismo que nos preocupa como sismólogos y como población, es éste que provendría de la brecha de Guerrero, y no este (el del 7 de septiembre) que vino de las costas de Chiapas”, explicó Valenzuela Wong.
El investigador detalló que la mayor parte del territorio nacional está asentado en la placa tectónica llamada América del Norte, y sobre las de Cocos y de Rivera, en las costas del Pacífico.
“El sismo de 1985 se produjo por el contacto de las placas de América del Norte con la placa de Cocos y se presentó en las costas de Michoacán. El sismo del 7 de septiembre no estuvo involucrada la primera, sólo la de Cocos, que se rompió”, indicó.
Ello, sostuvo, es algo inusual, pues por la magnitud del último temblor se esperaría que estuvieran involucradas las placas de América del Norte y de Cocos.
Por último, el experto en sismología enfatizó que en la ciudad siempre ha temblado y seguirá haciéndolo, razón por la cual es importante saber cómo actuar.
Necesario, ampliar la red sísmica en el país
A 32 años del sismo de 1985, Francisco Lugo García, titular de la Secretaría de Protección Civil en la Ciudad de México, señaló que un desafío es trabajar más en la difusión de protocolos para saber cómo actuar en caso de riesgos, como en los movimientos telúricos.
“Es ahí donde está el desafío: en que todas las generaciones puedan mantener el nivel de conocimiento y el nivel de preparación. Se tiene que seguir difundiendo y desarrollando protocolos específicos para las personas vulnerables”, destacó en una entrevista con 24 HORAS.
De acuerdo con el secretario, se requiere destinar mayor presupuesto al rubro de protección civil, con el fin de crear, incluso, la Escuela de Protección Civil, donde los cuerpos de emergencia, delegaciones y población civil puedan capacitarse en prevención de siniestros.
Asimismo, dijo, se requiere mayor inversión para ampliar la red sísmica en el país.
Por su parte, Fernando Álvarez Bravo, de la Brigada de Rescates Topos Tlatelolco AC, señaló que el desafío es la prevención y generar una cultura general de Protección Civil.
“Falta mucho, ya que en algunos lados la alerta sísmica no suena bien, con los alta voces que hay en la ciudad; falta que cada vivienda tenga su plan interno de protección civil, simulacros de forma seria y las evaluaciones de riesgos de cada inmueble y en las escuelas de todo el país que los maestros tengan, por lo menos, cursos de primer respondiente para brindar los primeros auxilios a cualquier alumno”.
Álvarez Bravo resalto que se debe tener un plan familiar en la mayoría de las casas, sobre todo en las zonas de alto riesgo y los programas internos de Protección Civil al día.
con información de Alejandro Grandos
infografía Xavier Rodríguez
caem