Investigadores compararon la actividad solar de los últimos mil años con constelaciones planetarias, lo que los llevó a comprobar que las fuerzas de movimiento planetarias en el Sol actúan como un reloj externo
Investigadores compararon la actividad solar de los últimos mil años con constelaciones planetarias, lo que los llevó a comprobar que las fuerzas de movimiento planetarias en el Sol actúan como un reloj externo