En una isla perdida de la bahía de Breidafjordur, en la costa oeste de Islandia, se lleva a cabo una cosecha milenaria: la de las lujosas plumas de eider, que se venden en varios miles de euros el kilo para hacer los mejores edredones del mundo
En una isla perdida de la bahía de Breidafjordur, en la costa oeste de Islandia, se lleva a cabo una cosecha milenaria: la de las lujosas plumas de eider, que se venden en varios miles de euros el kilo para hacer los mejores edredones del mundo