Un sinnúmero de crucecitas y diminutas capillas se extienden por la ciudad, casi al ritmo con el que fallecen atropellados o víctimas de accidentes y asaltos
Un sinnúmero de crucecitas y diminutas capillas se extienden por la ciudad, casi al ritmo con el que fallecen atropellados o víctimas de accidentes y asaltos