Copacabana es demasiado melódico como para resistirse a su encanto, y no sólo es la promesa de la folletería turística, sino de cada uno de los brasileños que este chilango ha conocido a lo largo de la costa atlántica
Copacabana es demasiado melódico como para resistirse a su encanto, y no sólo es la promesa de la folletería turística, sino de cada uno de los brasileños que este chilango ha conocido a lo largo de la costa atlántica