La institución estadunidense destacó los turnos nocturnos de trabajo interrumpen el ritmo circadiano del cuerpo, lo que conduce al deterioro de dos genes supresores de tumores, que pueden estimular el crecimiento de células cancerosas
La institución estadunidense destacó los turnos nocturnos de trabajo interrumpen el ritmo circadiano del cuerpo, lo que conduce al deterioro de dos genes supresores de tumores, que pueden estimular el crecimiento de células cancerosas