Cuentan los locales que “para poder preparar una buena taza de café hay que saber vivir” y definitivamente ellos son los amos del buen vivir, siempre anfitriones, con una sonrisa y con el corazón puesto en cada taza
Cuentan los locales que “para poder preparar una buena taza de café hay que saber vivir” y definitivamente ellos son los amos del buen vivir, siempre anfitriones, con una sonrisa y con el corazón puesto en cada taza