“Mi cabeza pegó con un clavo y casi morí”, recuerda Fatema, una joven de 22 años que fue casada a los siete con un hombre con edad para ser su bisabuelo, sufriendo abuso, violencia y hambre hasta que se cansó
“Mi cabeza pegó con un clavo y casi morí”, recuerda Fatema, una joven de 22 años que fue casada a los siete con un hombre con edad para ser su bisabuelo, sufriendo abuso, violencia y hambre hasta que se cansó