Su Majestad Imperial no ha parado de tocar, de grabar y de forjar él mismo todo lo necesario para que el concepto que ha escandalizado a muchos continúe constante y sonante
Su Majestad Imperial no ha parado de tocar, de grabar y de forjar él mismo todo lo necesario para que el concepto que ha escandalizado a muchos continúe constante y sonante