Superaron un muro de ladrillo y dos vallas de 2.4 metros de altura cada una para luego aventar trozos de carne de pollo envenenada, para finalmente ingresar y mutilarlos
Superaron un muro de ladrillo y dos vallas de 2.4 metros de altura cada una para luego aventar trozos de carne de pollo envenenada, para finalmente ingresar y mutilarlos