Gracias a la aportación de la casa hogar donde vive y una organización de beneficencia, Ruby Holt, una ancianita de 100 años pudo ver el océano por primera vez durante un viaje que le pagaron al Golfo de México
Gracias a la aportación de la casa hogar donde vive y una organización de beneficencia, Ruby Holt, una ancianita de 100 años pudo ver el océano por primera vez durante un viaje que le pagaron al Golfo de México