De acuerdo con relatos, Isabel Mazarro Gómez de Santiago mantenía encerradas a sus víctimas en ataúdes hasta por 10 meses, con música a todo volumen las 24 horas del día para evitar que durmieran
De acuerdo con relatos, Isabel Mazarro Gómez de Santiago mantenía encerradas a sus víctimas en ataúdes hasta por 10 meses, con música a todo volumen las 24 horas del día para evitar que durmieran