Con sonrisa jovial y una corta barba, Mokgele Ramathe, de 40 años, mira su reloj y arranca entre la gente en una calle comercial de Soweto
Con sonrisa jovial y una corta barba, Mokgele Ramathe, de 40 años, mira su reloj y arranca entre la gente en una calle comercial de Soweto