En el rostro y caminar precavido de los centroamericanos que ingresan a México para huir de la violencia, la falta de empleo y la escasez de vida, es notorio que los hechos no cambiaron y posiblemente nunca lo harán. Ellos lo saben, se les nota
En el rostro y caminar precavido de los centroamericanos que ingresan a México para huir de la violencia, la falta de empleo y la escasez de vida, es notorio que los hechos no cambiaron y posiblemente nunca lo harán. Ellos lo saben, se les nota