‘El Sapo’ fue considerado el ejemplo más claro de ‘El síndrome del pistolero’, un mal propio de una sociedad que hacía de la violencia una herramienta para el ejercicio del poder
‘El Sapo’ fue considerado el ejemplo más claro de ‘El síndrome del pistolero’, un mal propio de una sociedad que hacía de la violencia una herramienta para el ejercicio del poder