Su obsesión enfermiza por los más mínimos detalles tanto en lo colectivo como en lo individual le hicieron ganar el apodo de Loco, algo que sigue confirmando a la fecha
Su obsesión enfermiza por los más mínimos detalles tanto en lo colectivo como en lo individual le hicieron ganar el apodo de Loco, algo que sigue confirmando a la fecha