A más de 180 metros de altura y rozando las nubes, dos hombres aprovechan los primeros rayos de luz en la mañana para limpiar los cristales de uno de la Torre Latinoamericana
A más de 180 metros de altura y rozando las nubes, dos hombres aprovechan los primeros rayos de luz en la mañana para limpiar los cristales de uno de la Torre Latinoamericana