Dos playas situadas en el noreste de Japón que quedaron devastadas tras el tsunami de 2011 han sido abiertas al público, tras comprobar que los niveles de radiactividad eran adecuados siete años después del desastre
Dos playas situadas en el noreste de Japón que quedaron devastadas tras el tsunami de 2011 han sido abiertas al público, tras comprobar que los niveles de radiactividad eran adecuados siete años después del desastre