En 2010 fue condenado a muerte por la Corte Suprema de Irak, por la persecución de partidos religiosos bajo el gobierno del entonces líder iraquí, pero nunca fue ejecutado
En 2010 fue condenado a muerte por la Corte Suprema de Irak, por la persecución de partidos religiosos bajo el gobierno del entonces líder iraquí, pero nunca fue ejecutado