Sin multitudes para servir, él y Pond, de 39 años, pasan el tiempo jugando al golf loco e improvisado en el piso de madera, enfrentándose al ajedrez o cocinando barbacoas en el techo cuando hace buen tiempo
Sin multitudes para servir, él y Pond, de 39 años, pasan el tiempo jugando al golf loco e improvisado en el piso de madera, enfrentándose al ajedrez o cocinando barbacoas en el techo cuando hace buen tiempo