La mejoría en los tratamientos no debe ser motivo para bajar la guardia ante los riesgos de contraer el VIH; particularmente los jóvenes, quienes han perdido el miedo a la enfermedad
La mejoría en los tratamientos no debe ser motivo para bajar la guardia ante los riesgos de contraer el VIH; particularmente los jóvenes, quienes han perdido el miedo a la enfermedad