En Hlaing, un chico de 16 años perdió una mano en una explosión, al intentar devolver una granada que las fuerzas de seguridad habían lanzado contra los manifestantes
En Hlaing, un chico de 16 años perdió una mano en una explosión, al intentar devolver una granada que las fuerzas de seguridad habían lanzado contra los manifestantes