MOSUL. Los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) quieren borrar la identidad e historia de la provincia iraquí de Nínive, donde no se han conformado con arrasar sitios arqueológicos, sino que también han sacado sus piezas de contrabando.
El gobernador de Nínive, Azil al Nuyeifi, explicó a Efe que los yihadistas han robado «todo lo que han podido cargar» con ellos, y adelantó que se adoptarán medidas de acuerdo a la legislación iraquí, que castiga este delito con penas de cárcel e incluso con la condena a muerte.
Ante estas agresiones, las autoridades de Bagdad y la UNESCO firmaron hace dos días un acuerdo de cooperación global para, entre otros puntos, proteger y conservar el patrimonio cultural iraquí y luchar contra el tráfico ilegal de antigüedades.
Desde finales de febrero, los radicales han destruido las ruinas asirias de Nimrud y de la ciudad de Hatra, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; el Museo de la Civilización de la ciudad de Mosul, capital de Nínive; y el yacimiento de Dur Sharrukin.
Los destrozos fueron muy graves, pero parece que no suficientes para los extremistas. Hace menos de una semana, un nuevo vídeo mostraba a miembros del EI rompiendo con mazos estatuas y estelas que no habían sucumbido al primer ataque en Nimrud, una ciudad del siglo XIII a.C., en la que se han registrado además saqueos.
Tras la difusión del video, la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, denunció que el EI tiene «el objetivo de borrar sistemáticamente toda traza de historia del pueblo iraquí».
Sobre el robo de antigüedades, la presidenta del Comité de Turismo y Antigüedades de Nínive, Balqis al Taha, aseguró que los radicales han sacado de contrabando fuera del país numerosas piezas de Nimrud y de Hatra, aunque no pudo precisar cifras.
«El objetivo de este vandalismo es hacer desaparecer la identidad histórica de Mosul y sus alrededores», lamentó Al Taha.
La experta explicó a Efe que muchas de las antigüedades robadas se encontraban en el museo de Mosul, que fue asaltado por los yihadistas a finales de febrero.
En este museo, los radicales, en nombre de su interpretación radical del islam, destruyeron piezas que databan de la época asiria, de los siglos VIII y VII a.C.
«Después de la ocupación de Mosul por el EI en junio pasado, contacté con los responsables del museo y me informaron de que los yihadistas lo usaban como una de sus sedes y que habían prohibido la entrada a los funcionarios, por lo que desconocíamos lo que sucedía en su interior», señaló Al Taha.
Las autoridades han logrado hasta ahora identificar a tres de los miembros del EI implicados en la destrucción del museo, según el gobernador de Nínive.
Al Nuyeifi reveló que las Brigadas de Mosul, un grupo que lucha contra los yihadistas en el interior de la urbe, han escrito amenazas en el muro de la vivienda de uno de esos tres extremistas, en la zona de Al Zuhur.
«Os destruiremos miembros del EI (sumidos) en la ignorancia y la oscuridad, así como destruisteis la historia de nuestra cultura», reza la advertencia firmada por las Brigadas de Mosul.
Con el objetivo de proteger la riqueza de Nínive, la presidenta del Comité de Turismo y Antigüedades instó a la UNESCO a incluir en la lista del Patrimonio de la Humanidad nueve de sus sitios históricos, entre ellos el casco antiguo de Mosul y su muralla, la fortaleza de Bastabia y la tumba del imán Yehia bin al Qasim.
El profesor de Arqueología de la Universidad de Mosul Nabil Nuredin dijo a Efe que hay miles de sitios arqueológicos en todo Nínive, incluso algunos que datan de épocas prehistóricas.
«El porcentaje de excavaciones apenas supera el 5% del total. Todas las colinas de Nínive contienen vestigios, pero los habitantes locales usan esos montes como cementerios, por lo que es difícil efectuar labores de búsqueda», lamentó el experto.
Ante la amenaza actual que supone el EI para el patrimonio iraquí, es de agradecer que esas ruinas sigan protegidas bajo tierra, hasta que en un futuro más prometedor puedan salir a la luz.
GH