La reciente orden ejecutiva del presidente Joe Biden, que impone restricciones significativas al derecho de asilo en Estados Unidos, ha generado preocupación en varios sectores.
Human Rights Watch (HRW) advierte que esta medida “pone en riesgo a miles de personas” y contraviene los principios de las convenciones internacionales sobre derechos humanos y refugiados.
HRW señala que al establecer un límite numérico de 2,500 solicitantes de asilo en promedio durante 7 días, la orden esencialmente cierra la frontera a los solicitantes de asilo, violando el artículo 31 de la Convención de Refugiados que garantiza el derecho a solicitar protección en las zonas fronterizas.
Vicki B. Gaubeca, directora asociada de políticas migratorias en Estados Unidos de HRW, critica la orden por centrarse en cifras arbitrarias en lugar de en los seres humanos afectados, ignorando el posible daño a individuos, familias y niños que podrían regresar a situaciones de peligro.
Gaubeca también observa que esta política emula las medidas anti-inmigración más severas implementadas durante el mandato de Donald Trump.
Hace unos meses, Trump publicó un video alarmante sobre migrantes, subrayando la necesidad de asegurar las fronteras, mientras que Biden y sus aliados abordaron el asunto como una cuestión política para el Congreso.
En ese entonces, una encuesta del Centro NORC de Investigación de Asuntos Públicos mostró que aproximadamente dos tercios de los estadounidenses criticaron la gestión de Biden en seguridad fronteriza, incluyendo un considerable porcentaje de demócratas, afroamericanos e hispanos.
En consecuencia, la reciente medida de Biden parece ser una estrategia para cambiar la opinión del electorado. Sin embargo, Gaubeca ve la orden más como "un teatro político que aparece en cada ciclo electoral presidencial", lamentando que Biden no haya creado un enfoque equilibrado y respetuoso.
La afiliación política no es determinante en temas migratorios. Por ejemplo, Obama, ícono de los demócratas, respaldó varias propuestas de reforma migratoria integral y mostró una postura conservadora en seguridad fronteriza durante su mandato.
A pesar de los esfuerzos, parece que el flujo de personas continuará, desafiando las restricciones impuestas por la política estadounidense. El sueño de cruzar la frontera seguirá siendo una aspiración para aquellos que buscan la oportunidad para cambiar sus vidas.