México avanzó cinco lugares en el ranking de los países con mayor facilidad para hacer negocios en el mundo, una clasificación que elaboran la Corporación Financiera Internacional y el Banco Mundial. Ahora se coloca en el lugar 48 -de 185 países evaluados- y ha registrado uno de los mayores avances entre los países latinoamericanos, que encabeza Chile en la posición 37.

 

La noticia llega en momentos en que se palpa en el ambiente empresarial un renacimiento del optimismo e incluso alguna exacerbación de buenos pronósticos para el desempeño futuro. Los pedidos manufactureros a septiembre se incrementaron 1.18 puntos acumulando una buena racha a lo largo de 37 meses, mientras que la expectativa de crecimiento económico para el año continúa al alza, a 3.85%. El propio gobernador del Banco de México, en entrevista reciente, estimó un crecimiento de 3.9% para el año.

 

Con todo y la inestabilidad que viven los países desarrollados, se perciben vientos para un mejor clima de inversión azuzados por las expectativas de que “ahora sí” se concretarán avances sustanciales en las reformas estructurales que requiere la economía.

 

Una serie de decisiones empresariales recientes apuntan en ese sentido en sectores que verían un repunte en su actividad producto de la inversión pública preanunciada por el nuevo gobierno que encabezará Enrique Peña Nieto.

 

Allí apunte al desarrollo de infraestructura y vivienda -no es casualidad que Slim y Del Valle anuncien la creación de una nueva cementera; al impulso turístico e inmobiliario- de allí que se espera que la figura de FIBRAS vea un repunte en el corto plazo; a la inversión en desarrollo de fuentes de energía tradicionales y alternativas, de allí que los grandes empresarios del país ya enfocaron planes de negocios para proveer o asociarse con Pemex; a la profundización en el negocio de las telecomunicaciones a través de nuevas concesiones del Estado para explotar redes alámbricas e inalámbricas para banda ancha, radio y televisión digital; y también anote importantes inversiones privadas por venir en el sector educativo y de la salud.

 

No es gratuito que en este contexto de optimismo, el subsecretario de Hacienda, Gerardo Rodríguez, reitere en la entrevista que hoy se publica que el gobierno está facilitando el camino para nuevas inversiones en el sector bancario. “Hay espacio para muchos más bancos”, dice su “invitación”.

 

Ahora las expectativas tendrán que alcanzar asideros para permanecer en los planes de los capitales. Y el mayor asidero tiene que ver con los resultados concretos de las reformas prometidas que alienten la inversión. Si éstos se dan, el clima favorable se extenderá y las inversiones se multiplicarán para, en el mediano plazo, impulsar la economía y la generación de empleos.

 

La noticia sobre el apoyo de la fracción priísta en el Senado para modificar los cuatro artículos que favorecen la transparencia sindical caminan en ese sentido, a pesar de que el avance sobre democracia y rendición de cuentas en los sindicatos pareciera que se ha frustrado hasta el momento de escribir esta columna.

 

La apuesta empresarial por una avalancha de inversiones hacia los próximos meses toca a la puerta. Veremos si llegan las respuestas que esperan.

 

samuel@arenapublica.com | @SamuelGarciaCOM | www.samuelgarcia.com

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