El Tlamatini está distribuida en los cuatro niveles de El Salón de la Plástica Mexicana.
Foto: Miguel Martínez Corona | El Tlamatini está distribuida en los cuatro niveles de El Salón de la Plástica Mexicana.  

El artista Julio Carrasco Bretón presentó El Tlamatini, su más reciente exposición en la que le rinde tributo al historiador y filósofo Miguel León Portilla.

“Para mí es importante voltear a ver a Portilla porque su obra es una escuela construida por un maestro a la vieja usanza, muy estudioso de los temas que le interesaban y que le apasionaban, que como podemos ver, era la cultura prehispánica y la filosofía”, dijo Carrasco Bretón, en entrevista con este medio.

“Sus alumnos le decían El Tlamatini”, explicó sobre el título de la muestra. “El concepto es más profundo que hablar simplemente de un sabio, es sobre alguien que está conectado con la sabiduría universal, y el maestro Portilla lo hizo a lo largo de 70 años de trabajo, de excavar en el legado gnoseológico de los diferentes pueblos originarios de lo que hoy es México”, según el artista.

Carrasco Bretón retrata algunos de los motivos prehispánicos que el mismo León Portilla abordó en su obra de siete décadas.

“Yo soy una persona que tiene una cultura de origen científica, me formé en la licenciatura de ingeniería química, pero posteriormente estudié una maestría en Filosofía, la cual no pude terminar”, contó el pintor, sobre lo que fue un detonante en su cosmovisión para llegar al arte por el que ahora es conocido.

“Me dejó mucho conocimiento hipostático, que se complementa con las enseñanzas del maestro y que me ayudaron a tener una visión más compleja de las cosas que me llamaban la atención y así las plasmé en mi arte y luego me propuse a atreverme a hacerle un homenaje a Portilla”, destacó.

Esta exposición es casi igual a la que Carrasco Bretón presentó en Francia, pues asegura  que “no es una calca”.

“Hay algunos cuadros que tienen sus dueños, entonces tuve que buscar cómo llenar esos lugares con algunas otras obras nuevas. Algo notable de esta puesta, es que hay piezas inspiradas en el último libro de León Portilla, que habla sobre la filosofía Nahue, pero ligada a la erótica”, contó.

Tlamatini se compone por un total de 72 obras entre las que destacan principalmente las pinturas, pero también resalta una parte dedicada a la fotografía.

Esta significa la tercera vez que el pintor llega con una exposición completa al Salón de la Plástica Mexicana donde recibe a sus visitantes con la obra más “enigmática”, reconocida  por él como Coatlimanía, un óleo de dos metros donde presenta a Coatlicue, diosa de la fertilidad y la dualidad, en la cultura mexica.

“Pero yo diría que todas son especiales porque cada una tiene una razón muy puntual de ser”, finalizó Julio Carrasco Bretón.