Una vez terminen las exequias del papa Francisco, se convocará la elección de su sucesor con cardenales de todo el mundo y, entre la información que circula luego de la muerte del papa Francisco es que durante el cónclave se usarán las sotanas de las anteriores reuniones que celebra el Colegio Cardenalicio para tal efecto.
Mientras tanto, los sastres de la tienda Gammarelli –fundada en 1798– trabajan a toda velocidad para vestirlos con sus casacas rojas, pero a estas alturas ya estarían también trabajando en un nuevo paquete de trajes papales para el elegido.
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Durante generaciones, los sastres preparan tres sotanas para que el nuevo pontífice pueda salir vestido ya de blanco al balcón de la basílica de San Pedro sin importar su tamaño, sea alto, mediano o bajo.
En los minutos siguientes a su elección, el nuevo Papa se coloca apresuradamente el atuendo que mejor le queda para hacer su primera aparición tras el esperado grito de "Habemus papam".
"Hemos vestido a cada papá desde al menos el inicio del siglo XX", dijo Lorenzo Gammarelli, quien dirige la tienda junto a sus tres primos.
En esta ocasión, "el Vaticano nos dijo que se habían ocupado de ello", señaló.
Por ello, cree que las vestimentas del nuevo Pontífice serán "las de los cónclaves anteriores". "Cada vez hacemos tres túnicas y ellos usa sólo una", asegura.
Es la primera vez que se quedan sin pedido. En el pasado les encargaron menos de tres porque "claramente tenían unas" aún disponibles, explicó el sastre de 52 años.
Francisco desdeñaba los excesos y odiaba el despilfarro. Por ello, Gammarelli no descarta que se trate de un homenaje a su figura.
LAS TALLAS DE LOS PAPABLES
Los retratos de los Papas se alinean en las paredes de la tienda, situadas a pasos del turístico Panteón.
Sus estantes están repletos de coloridas telas, mientras que las vitrinas exhiben calcetines diseñados para todo tipo de atuendos católicos, desde el líder de la Iglesia y obispos hasta sacerdotes y seminaristas.
Los nuevos pontífices visten la sotana con una esclavina o capa corta, un fajín de seda blanca y un solideo blanco.
Toma normalmente unos tres días y medio para cortar la tela para una sotana completa, prepararla y coserla a mano.
"Como no sabemos quién será el nuevo Santo Padre, miramos a los posibles contendientes, tomamos las medidas de los que podemos y hacemos trajes más o menos adecuados", dijo Gammarelli.
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Sin embargo, agregó, "siempre se puede elegir a alguien no previsto o que tenga unas medidas completamente diferentes".
Lorenzo estima que el Vaticano debe tener a alguien que ajuste la sotana si fuera necesario cuando el nuevo Papa se la ponga por primera vez.
Cuando el italiano Angelo Giuseppe Roncalli fue elegido como papa Juan XXIII en 1958, era "uno de los posibles candidatos" contemplados en ese cónclave.
"Habíamos confeccionado una de las tres sotanas exactamente a su medida", cuenta Gammarelli. "Pero en el calor del momento, le pusieron otra que no le quedaba bien y tuvieron que cortarle la espalda y prender el traje con alfileres para que pudiera aparecer en el balcón".
El Vaticano llamó a su abuelo, que entonces manejaba la tienda. "¿Pero qué pasó? ¡No es posible!", recuerda que dijo. Fue a la Santa Sede y notó que tomó la caja equivocada.
"Desde entonces hemos colocado una etiqueta con el nombre del candidato más probable", finalizó.
