El cantante juvenil recorrió el Vaticano y, para su visita, contrató a un equipo de guías especialmente para él y su gente. Aseguraron que Justin Bieber pagó 20 mil dólares por dicho servicio, pero en lugar de concentrarse en lo que le explicaban, se puso a jugar con un balón.
Bieber fue amonestado por el personal que labora en la Santa Sede y dejó de pelotear. Hace dos años, el cantante había demostrado su poco conocimiento de la historia universal, llamando a la Capilla Sixtina, “Capilla Sixteen” (Capilla 16).
Justin ha compartido, en redes sociales, varias imágenes de su visita a Ciudad de Vaticano, en la que fue acompañado por su padre Jeremy Bieber.
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