Las olimpiadas en Gran Bretaña han sido muy cuidadas, no se les va ni un solo detalle,  por lo que ambientar a los asistentes, para los organizadores es muy importante y les ha resultado.

 

La gente ha generado una transmisión interesante de su estado de ánimo hacia los atletas, por lo que han puesto mucho interés en la musicalización de los eventos para que transmitan ese furor y consigan que deportistas, que no tenían las mejores marcas, logren ganar preseas para Gran Bretaña.

 

Música de moda y clásicos son escuchados en los trayectos entre el transporte público y los estadios,  a un volumen que permite se mezclen en el bullicio e inicien el proceso de sobreestimulación.

 

Para las sedes, se tiene programada la reproducción de 2 mil 12 canciones, como el año de la olimpiada, con música principalmente de artistas británicos aunque, se logra colar alguno que otro como Lady Gaga, Britney Spears y Jay-Z.

 

El ciclismo y box, por ejemplo, tienen música que sobreestimula como Foo Fighters, muy distinto al tenis en el que se escuchan a Los Rolling Stones y Adele.

 

Baloncesto se juega al ritmo de Oasis y Duffy, y el popular voleibol a My Sharona y Queen.

 

En las competencias atléticas la mezcla pop es impresionante, igual se escucha a David Bowie que a Lady Gaga, U2 y Paul McCartney. Ahí, la música ha conseguido que 80 mil personas en el Estadio Olímpico, canten la misma canción previo a alguna carrera, con lo que al presentar a los atletas y previo a los disparos, consiguen una concentración del público que pasa del canto que casi deja sordos, al silencio absoluto.

 

El éxito musical es tal que ya se está considerando generar una colección para producir una serie de discos con la música en los estadios. Lo malo es que como son distintas disqueras el asunto no está nada fácil.

 

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